El exprocurador Ronald Gamarra calificó de positivo que el Ministerio Público (MP) haya formado un grupo de trabajo para el caso Lava Jato y las coimas pagadas por Odebrecht, pues sostuvo que se trata de una megainvestigación.
Añadió que el fiscal Hamilton Castro tiene la imagen de un magistrado honesto y señaló que la estrategia correcta pasa por dos puntos centrales: acudir a la cooperación internacional y negociación con la empresa.
Problemas a la vista
Sin embargo, calificó la labor del MP como una reacción tardía, lenta y débil. Tardía, porque los casos de corrupción de Camargo Correa, OAS y Odebrecht son de años atrás, surgen hacia el 2008, 2009 y 2010. Lenta, porque están esperando los resultados de la cooperación internacional, que son procedimientos burocráticos; y débil, porque no toda la prueba de la actividad ilícita va a llegar del extranjero. A su criterio, acompañando las solicitudes de la cooperación internacional debió haber una actitud más proactiva.
“Debieron pedir al Poder Judicial medidas contra algunas personas con nombre y apellido, lo que habría permitido llegar a una negociación en mejores términos”.
Montos cuestionables
Gamarra sostuvo que los montos de la corrupción sobrepasan los US$ 29 millones reconocidos por la empresa y en las oficinas de Odebrecht y de Odebrecht Latinvest debe haber mucha información al respecto, por lo que la Fiscalía debió realizar allanamientos, registros y detenciones.
“Antes de negociar se debió allanar las oficinas, registrar, inmovilizar y embargar sus bienes, incautar documentos privados y otras medidas similares”, acotó.
El exprocurador consideró que se le están haciendo las cosas muy fáciles a Odebrecht, empresa que está asumiendo una actitud muy cómoda.
“La Fiscalía debió calcular cuánto de ganancia ilícita consiguió Odebrecht, cuánto sería el monto de la multa, y de la reparación civil, y pedir un embargo por ese monto. Solo después de eso debieron sentarse a negociar”.