AFP.- El expresidente de Perú Alberto Fujimori, quien purga condena por corrupción y delitos de lesa humanidad, reconoció que solo lo dejarán libre si peligra su salud, en momentos en que el Congreso evalúa una ley que podría favorecerlo con el arresto domiciliario.
“Mientras muchos opinan, la única realidad es que sólo muriendo o estando en fase terminal podría salir en libertad”, fue uno de los mensajes aparecidos el lunes en la cuenta de Twitter @albertofujimori, donde el expresidente autoriza las publicaciones.
Fujimori, que dirigió Perú entre 1990 y 2000, cumple una condena de 25 años en una cárcel policial. Se le consideró autor intelectual de la muerte de 25 personas en dos matanzas perpetradas por un escuadrón de aniquilamiento, durante la guerra contra el terrorismo y las guerrillas de Sendero Luminoso y el MRTA.
Según una de sus publicaciones en Twitter del lunes, Fujimori dijo estar preocupado por el “riesgo latente” que corre en la cárcel de “sufrir isquemia, infarto cerebral y hemiplejia, por las continuas crisis hipertensivas”, y recordó que el médico le ha recomendado reposo absoluto por una semana, desplazarse en silla de ruedas, además de analgésicos.
“A mis males cotidianos, el viernes (5 de mayo) se agregó un fortísimo dolor a la pierna derecha: No podía pararme ni caminar, tampoco doblar la rodilla”, detalló.
Aunque el presidente Pedro Pablo Kuczynski ha reiterado que no indultará a Fujimori, asegura que sí firmaría una ley que apruebe el Congreso que beneficie con arresto domiciliario a personas de avanzada edad con problemas de salud.
A fines de abril, un congresista independiente presentó una iniciativa para que presos mayores de 75 años y con “alguna enfermedad o estado de salud con pronóstico delicado” gocen de prisión domiciliaria. Para ello deben haber cumplido un tercio de la condena. En la iniciativa no califican los sentenciados por terrorismo, narcotráfico y violación sexual.
Fujimori tiene 78 años, ya cumplió 10 de sus 25 años de condena, padece de hipertensión y de una lesión cancerígena en la lengua por la que ha sido operado al menos en seis ocasiones. En los últimos meses ha sido hospitalizado reiteradamente por una hernia en la columna y una gastritis hemorrágica.
La norma aún debe ser debatida en el Congreso.