Trump pudo haber evitado derrumbe de su campaña pero tiene razones para preocuparse

Un sondeo realizado por CNN inmediatamente después del debate del domingo, el segundo entre Donald Trump y Hillary Clinton, indicó que los republicanos tienen razones para estar preocupados.

(Video: AFP)

Washington (Reuters).- Donald Trump pudo haber hecho apenas lo necesario en el debate presidencial del domingo para mantener a flote su campaña por la Casa Blanca, y ello habría dejado a los republicanos que estaban considerando retirarle su apoyo en una posición muy difícil.

Si la campaña de Trump se hubiera derrumbado, la serie de legisladores y figuras del Partido Republicano que hubieran retirado su apoyo durante el fin de semana por los insultantes comentarios que hizo sobre mujeres en un video probablemente habría sido enorme, lo que habría aumentado las demandas para que abandone la contienda electoral estadounidense.

Pero eso no ocurrió. Ahora, los republicanos que han visto a su partido dividido por la candidatura de Trump se enfrentan de nuevo a un dilema familiar: abandonar públicamente a un aspirante herido de gravedad que pone en riesgo las carreras por puestos en el Congreso o respaldarlo con la esperanza de que de todas formas llegue a la Casa Blanca.

El magnate de bienes raíces se mostró más enérgico y disciplinado que en el primer debate presidencial y criticó duramente a su rival demócrata, Hillary Clinton, por haber enviado correos electrónicos desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado, además de mencionar de nuevo las acusaciones de hace una década sobre mala conducta sexual de su esposo, Bill Clinton.

Esos dos asuntos probablemente mejoraron su posición ante los seguidores de todo el país que han estado respaldándolo por más de un año, aunque quizás hicieron poco por atraer a los votantes más moderados de los estados indecisos que su campaña necesitará para derrotar a Clinton en las elecciones del 8 de noviembre.

“Su enfoque de ‘todo vale’ ante Hillary anoche (domingo) es lo que los conservadores querían ver de un candidato desde que Bill Clinton era presidente”, dijo Craig Robinson, ex director político del Partido Republicano de Iowa. “La base republicana y los programas radiales adorarán esta intervención”, sostuvo.

Pero el partido todavía debe seguir con un candidato que ha cometido una serie de errores y que tiene problemas para atraer a mujeres, a personas educadas y a votantes de los suburbios. Un reciente sondeo de Reuters/Ipsos mostró que el 20 por ciento de los estadounidenses aún estaban indecisos sobre por cuál candidato votar. Un 60% de ese margen eran mujeres.

Inquietud por baja participación.
Un sondeo realizado por CNN inmediatamente después del debate del domingo – el segundo entre los presidenciables de Estados Unidos – indicó que los republicanos tienen razones para estar preocupados. Los televidentes encontraron que Clinton había derrotado a Trump en las discusiones, con un 57% frente al 34%.

El escándalo por un video del 2005, en el que Trump alardeaba en términos vulgares sobre conductas hacia las mujeres, desató críticas de decenas de legisladores, entre ellos del senador por Arizona John McCain. Los reproches hundieron al Partido Republicano en su peor crisis desde la renuncia del presidente Richard Nixon en 1974.

La Conferencia Republicana de la Cámara baja, una entidad que integra a los casi 250 republicanos de la Cámara de Representantes, tenía previsto reunirse el lunes para discutir sobre la compaña de Trump, indicó un funcionario.

El jefe de la Cámara baja de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, retiró enfáticamente una invitación a Trump para una aparición conjunta en Wisconsin que había sido prevista para el sábado, en vista de la divulgación del video el viernes.

La mayoría de los 40 republicanos con cargos públicos que compiten en elecciones que son consideradas competitivas este año condenaron los comentarios de Trump en el video, aunque sólo tres miembros de ese grupo hicieron un llamado al empresario para que abandone la campaña presidencial.

Pero los funcionarios del Partido Republicano tienen otra razón para preocuparse: la impopularidad de Trump puede llevar a muchos votantes a quedarse en casa el día de las elecciones.

Ante el panorama de pánico y críticas, Trump intentó el domingo mejorar el respaldo entre las bases republicanas con una nueva serie de ataques provocativos contra Clinton que dieron a los medios otra cosa de qué hablar además del video.

Trump denostó duramente la forma en que Clinton manejó la política exterior cuando fue secretaria de Estado y sostuvo que de ser presidente buscaría encarcelarla por el uso de un servidor privado para enviar correos electrónicos. Además, amenazó con seguir exponiendo el historial de mala conducta sexual de su marido.

Al hacerlo, Trump quizás logró detener la hemorragia de su campaña electoral, pero no consiguió aplacar las preocupaciones.

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