Caracas (AFP).- Opositores venezolanos bloquean este martes vías en Caracas y otras ciudades en rechazo a la convocatoria del presidente Nicolás Maduro a un proceso para cambiar la Constitución, que desvanece su objetivo de lograr elecciones generales y agudiza la grave crisis que sacude al país.
Cacerolas, bocinas y cornetas sonaron en varios sectores de Caracas, donde grupos de personas bloquearon con basura, motos, troncos de madera y pancartas algunas calles y avenidas, trastornado el tráfico en momentos en que muchos buscaban llegar a sus trabajos.
“Esa Constituyente que anuncia Maduro es una manipulación para huir de elecciones”, dice Raúl Hernández, un universitario de 22 años, que bloqueaba con un centenar de personas la avenida Francisco de Miranda, en el este de Caracas.
La oposición prepara una “mega marcha” para el miércoles contra lo que califica como un “golpe de Estado”, y el Parlamento, único poder que controla, discutirá la tarde de este martes los alcances de la decisión de Maduro y acciones para aumentar la presión internacional contra el gobierno.
“Tenemos que seguir adelante. Este pueblo no se rinde ni se va a rendir”, aseguró el presidente del Legislativo, Julio Borges.
Acosado tras un mes de marchas que exigían su salida del poder a través de elecciones generales, Maduro dio el lunes un giro a la crisis al convocar a una “Constituyente popular”, cuyos 500 asambleístas no serán elegidos por voto universal, sino por sectores sociales y por comunidades.
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Elecciones sí, pero no generales
Aunque la Constituyente se convoca para transformar el Estado y redactar una nueva Carta Magna, Maduro aseguró que busca “reforzar” la Constitución de 1999 para establecer “nuevas formas de democracia participativa”.
“Es una medida desesperada de un gobierno que sabe que no puede llamar a elecciones porque va a perder y recurre a la polarización”, dice el analista Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit Country Risk de Londres, al recordar que más de 70% de venezolanos rechazan la gestión de Maduro, según encuestas.
Aún no está claro qué pasará con el calendario electoral. Según la Constitución, los comicios de gobernadores debieron hacerse en 2016 -pero se postergaron sin fecha-, los de alcaldes deben ser este año y las presidenciales a fines de 2018.
“Maduro gana tiempo a costa de todo”, opinó el analista socialista Nicmer Evans, para quien hay una “traición” a la Constitución impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), redactada por 131 constituyentes electos por voto directo, universal y secreto.
Maduro adelantó que enviará al poder electoral las bases de elección de los asambleístas, buena parte de los cuales saldrán de estructuras comunales auspiciadas por el gobierno, lo que le “garantizará el control” de la “Constituyente popular”, según el constitucionalista José Ignacio Hernández.
A su vez, según Hernández, “consolidaría la usurpación de funciones” del Parlamento, pues, según la ley, cuando la Constituyente esté instalada estará por encima de todos los poderes del Estado.
Escala la crisis
El anuncio de Maduro hace temer mayor convulsión social. Veintiocho personas murieron en violentos hechos vinculados a las protestas que estallaron el 1 de abril, luego de que el máximo tribunal de justicia tomara temporalmente las funciones del Parlamento.
“La Constituyente sin elección democrática une a la oposición, aísla más al gobierno y refuerza la lucha de calle. La convocatoria (de Maduro) solo agudiza la crisis”, opinó el analista Luis Vicente León.
Maduro, cuya gestión termina en enero de 2019, justificó su decisión asegurando que la oposición “trancó el juego” pues rechazó el diálogo y se lanzó a las calles.