Una app nos dice si estamos deprimidos. ¿A quién más se lo dice?

Woebot pertenece a un nuevo grupo de intervenciones tecnológicas que apuntan a detectar y tratar problemas mentales. No son para cualquiera.

Bloomberg.- Un mensaje de Facebook aparece en la pantalla de mi teléfono. “¿Qué está pasando en tu mundo?”

Es de un robot llamado Woebot, una creación de la psicóloga Alison Darcy, de la Universidad de Stanford.

Woebot parece interesarse en mí. La aplicación me pide que haga una lista de mis puntos fuertes y recuerda mi respuesta para poder darme aliento más adelante. Me ayuda a establecer un objetivo para la semana: ser más productiva en el trabajo. Me pregunta sobre mis estados de ánimo y niveles de energía, con los cuales compone cuadros.

“Te ayudaré a detectar patrones porque… (no te ofendas) los humanos no son muy buenos en eso”, me dice Woebot con un emoticón sonriente.

Woebot sabe que el miércoles me siento nerviosa y que el jueves estoy contenta. ¿Pero quién más podría saberlo? A diferencia de un podómetro, que sigue algo tan impersonal como los pasos, muchas aplicaciones en desarrollo sobre salud mental dependen de reunir y analizar información sobre la vida social y los sentimientos íntimos de los usuarios.

“Los datos sobre salud mental son la más íntima de las informaciones”, dijo Adam Tanner, un investigador del Instituto de Ciencias Sociales Cuantitativas de la Universidad de Harvard.

Los bots conversacionales existen desde la década de 1960 –uno de ellos se llamaba Eliza Doolittle, como la protagonista de “Pigmalión”-, pero avances como el aprendizaje de las máquinas han hecho más inteligentes a los robots.

Woebot pertenece a un nuevo grupo de intervenciones tecnológicas que apuntan a detectar y tratar problemas mentales. No son para cualquiera. Hay quienes podrían preferir desahogarse con un ser humano, y muchas aplicaciones presentan problemas como virus y cuestiones de privacidad.

Pero las nuevas tecnologías podrían cubrir vacíos de las actuales opciones de tratamiento al detectar síntomas antes y actuar como asesores de personas que de lo contrario podrían no buscar ayuda nunca.

Señales de advertencia
Médicos clínicos y especialistas en privacidad dan la bienvenida a estos inventos con una mano al tiempo que hacen señales de advertencia con la otra.

La tecnología podría ser una herramienta poderosa para mejorar el tratamiento, pero si un problema emocional se difunde puede afectar la cobertura de seguros, arruinar las oportunidades de obtener un empleo o ejercer influencia en la percepción de un empleador.

En momentos en que es posible que haya cambios en la ley de salud, no se sabe con certeza si los trastornos mentales preexistentes podrían volver a usarse para encarecer los seguros de las personas o negarles cobertura.

Cuestiones de privacidad aparte, el aspecto prometedor de la reunión de datos es la capacidad de presentar un panorama holístico de la salud mental de una persona con más exactitud que en evaluaciones infrecuentes realizadas en el consultorio de un médico.

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