Carlos Cuba estudia ingeniería en la Universidad Católica. Desde el 2015, él y siete compañeros dedican gran parte de su tiempo a construir un auto capaz de recorrer la mayor distancia posible con un litro de combustible.

¿Con qué propósito? Participar en la Shell Eco-marathon -del 27 al 29 de abril-, donde jóvenes de todo el mundo desarrollan y ponen a prueba vehículos con tecnología ecoamigable.

Propuesta ambientalista
Todo empezó cuando la filial de Shell en el país buscó a estudiantes para llevar a cabo el proyecto. “Perú no había participado nunca, así que visitamos varias universidades y aquí (en la PUCP) es donde vimos mayor empuje para lograrlo”, comenta Martín Rueda, gerente general de Shell para Perú.

El diseño del vehículo tomó más de un año y finalmente el equipo logró inscribirlo en la competición, pero por cuestiones legales no participaron en la edición del año pasado, recuerda Luis Chirinos, docente de la PUCP, que dirige al grupo. En diciembre del 2016 obtuvieron el visto bueno.

Motor y performance
Cuando pasaron a la etapa de la construcción, el grupo se unió a la marca Honda.

“En febrero de este año comenzaron las coordinaciones con los alumnos para conseguir el motor que cumpliese con los requerimientos”, indica el representante de Honda, Max Torres.

Y agrega que la firma japonesa también ha proporcionado los accesorios para la aceleración, transmisión e inyección del combustible.

Específicamente, se trata de un motor Honda GX35 (35 cc) con una potencia de hasta 1.6 HP, que el equipo de estudiantes ha decidido modificar buscando innovar en todos los aspectos posibles.

El proceso de fabricación les tomó poco más de dos meses. Con cada prueba, comenta Cuba, había detalles que afinar.

El equipo tiene proyectado recorrer 500 kilómetros con solo un litro de gasolina. Si bien no es una performance que romperá récords (el año pasado el equipo ganador alcanzó una distancia de más de 1,000 km por litro), se trata de un proyecto pionero.

Las características del auto
El auto es un trípode invertido (dos llantas delanteras y una trasera), diseñado para reducir el peso al máximo y aumentar la estabilidad durante la performance, explica Cuba.

Inicialmente se concibió una estructura de aluminio, pero las limitaciones del mercado local los obligaron a tentar un material menos ligero, pero con mucha resistencia: acero inoxidable.

Por su parte, la cubierta está hecha de un aglomerado de madera procesada con corte láser. Ha sido fabricada con material reciclable en la Sala VEO de impresión 3D de la PUCP.

“Fue pensada para envolver al piloto como un cascarón, con el fin de maximizar la seguridad al interior del auto”, comenta Cuba.

Precisamente, la estudiante que pilotará el vehículo es Stefanía Hermoza, escogida por su menuda figura.

Ella confiesa que aún no ha probado el prototipo, pues falta afinar ciertos detalles. Tendrá ocasión de hacerlo recién en las pruebas en Detroit (EE.UU.), sede de la maratón.