Android fue atacado con una desagradable muestra de vulnerabilidad llamada Stagefright, que es un exploit (programa) que permite a los piratas informáticos tomar el control del sistema operativo de cualquier teléfono Android sin que el usuario nunca lo sepa. Este hecho se hizo público en julio. Casi mil millones de dispositivos Android se vieron afectados, siendo calificado como uno de los fallos de seguridad en smartphones más grandes de la historia. Google lanzó un parche, pero debido a que los fabricantes de hardware deben primero implementarlo antes de que llegue a los consumidores, hay una buena probabilidad de que millones de dispositivos todavía estén expuestos.