(Bloomberg).- Ante la peor escasez de mano de obra en décadas, las compañías japonesas de servicios finalmente están recurriendo a la tecnología que permite reemplazarla, inversión que podría elevar el deplorable nivel de productividad del sector y permitirles aumentar los salarios.
Si bien los fabricantes japoneses son famosos por utilizar robótica avanzada, la mayoría de las compañías de servicios especializadas en el mercado interno quedaron rezagadas en la inversión en tecnología de la información, desalentadas por una economía estancada, normas laborales restrictivas y un mercado interno cada vez más pequeño.
Pero conforme la fuerza laboral decae y la nación envejece, a las empresas de áreas como la enfermería y el comercio minorista les resulta cada vez más difícil atraer personal y conservarlo.
As Partners Co. es una de las compañías que pone sus miras en el software para encontrar la solución. Planea gastar unos 300 millones de yenes (US$2,7 millones) para instalar nueva tecnología en sus 15 residencias para ancianos de Tokio y sus alrededores con el fin de facilitarles la vida al personal y a los residentes.
En su impecable hogar nuevo Asheim Nerima Garden del oeste de la ciudad, los cuidadores pueden supervisar la salud de decenas de residentes a la vez desde smartphones, recibiendo notificaciones si alguien tan sólo se sienta en la cama.
“Una vez que instalemos este sistema en todos nuestros hogares para ancianos en los próximos tres años, la rotación de personal probablemente se reduzca y entonces podremos contratar menos trabajadores”, dijo el presidente Kenji Uemura.
La inversión en TI por parte de las empresas de servicios podría contribuir a que se concreten los esquivos aumentos de salarios que busca el primer ministro Shinzo Abe desde hace años para reactivar el crecimiento económico.
El gasto en software de los no fabricantes, en particular aquellos pertenecientes a sectores con escasez aguda de mano de obra, está aumentando “espectacularmente”, contribuyendo a promover una “aceleración que debería haber ocurrido hace mucho tiempo” en el gasto más amplio en bienes de capital, señaló James Malcolm, economista jefe para Japón de UBS Group AG en Tokio.
“Conforme aumenta el gasto en bienes de capital, aumenta la productividad, los salarios pueden aumentar y luego sigue el consumo”, explicó Malcolm. “Es clave”.
Las pequeñas y medianas empresas, en particular los minoristas, impulsan esta tendencia, que va acompañada de gasto en investigación y desarrollo y capacitación del personal, dijo Malcom.
La situación es quizá la más favorable en años. Con la mejora en las exportaciones y la demanda interna, la inversión total de las empresas creció un 2.4% durante el segundo trimestre, más que nunca en tres años.
Seis trimestres consecutivos de expansión económica han llevado el crecimiento a una tasa anualizada del 4%. Y una encuesta de julio del Banco de Japón mostró que a las pequeñas empresas les resulta más fácil acceder a capital para inversiones.
Sin embargo, Japón tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a otras economías avanzadas. Si bien el aumento de la productividad promedio en la manufactura fue el más grande entre los países del G7 en las dos décadas que terminaron en 2014, su productividad total siguió siendo la peor en 2015.
En el sector de los servicios, la productividad fue aproximadamente la mitad de la de Estados Unidos de 2010 a 2012, de acuerdo con los datos del Centro de Productividad de Japón. Y las prácticas de empleo arraigadas para las cohortes de “asalariados” del país significan que el cambio podría tardar en llegar a muchos trabajos de oficina.