Casi 45 minutos le fueron suficientes a Saturo Iwata, presidente de Nintendo, para presentar los títulos de la firma, en esta ocasión, a través de un “Nintendo Direct”, una presentación grabada sobre los nuevos juegos.
Aunque los aficionados a los videojuegos ya habían sido advertidos de la decisión de la empresa nipona sobre prescindir de la conferencia de prensa, muchos afirmaron que “todo parecía fuera de la realidad”. Si bien Iwata dijo que la presentación era transmitida desde el séptimo piso de la sede de Nintendo, para Forbes, este escenario estaba “de alguna manera alejado de la realidad”.
Lo cierto es que, a diferencia de las presentaciones de las nuevas consolas de Sony y Microsoft, Nintendo se ha replegado. De esa manera, se ha centrado en renovar sus clásicos, resistiéndose a abandonar a sus personajes míticos.
Así, la Saga de Mario se renueva para Wii U. Super Mario 3D World, destinada para cuatro participantes, saldrá a la venta en diciembre de 2013. En tanto, Mario Kart 8 llegará en la primavera del próximo año y entre alguna de sus novedades está una pista antigravedad.
Dentro de la lista de 11 títulos, también figuran Pokémon X y Pokémon Y para consolas 3DS, los cuales estarán disponibles desde el 12 de octubre; Sonic: Lost World; “Leyend of Zelda: The Wind Waker HD”, que llegará para Wii U en octubre; “Wonderful 10”, que deberá esperar hasta agosto.
Para finales de 2013, llegará -además- Donkey Kong Country U, pues Nintendo tampoco ha querido olvidar a los enemigos de Mario. A Donkey Kong, el malvado gorila que le robó a la chica a comienzo de los ochenta, lo veremos ahora en alta definición.
Pero la estrategia de la firma japonesa podría no dar resultados. Los retrasos en cuanto a la llegada de los títulos son lo último que la empresa necesita dado a las pobres ventas de la Wii U, que sumaban 3,45 millones de unidades al 31 de marzo y han estado muy por debajo de las expectativas.
De acuerdo a Forbes, quizá a los jugadores de Nintendo no les importe un ápice los accionistas de la compañía, pero los dos grupos tendrían algo en común: la sensación de malestar generada por la falta de innovación y cambios. Todo ello mientras Sony se roba el show en el E3 con las últimas actualizaciones sobre la PlayStation 4.