La popularización de estas aeronaves ha convertido el pilotaje de drones en una salida laboral a tener en cuenta en el futuro. La rigidez de la legislación y la necesidad de trabajar bajo el paraguas de una operadora, los principales frenos de una industria que en una década, según cálculos de la Comisión Europea, moverá alrededor de 15.000 millones de euros.
El creciente desarrollo de soluciones drones en el ámbito civil está propiciando que muchas empresas incorporen estas aeronaves a su actividad, con la consiguiente necesidad de captar a profesionales cualificados que cuenten con la formación necesaria para manipularlos. Ya sea para uso recreativo o profesional, el empleo de estas aeronaves se ha multiplicado en los últimos años lo que convierte al piloto de drones en una salida laboral a tener en cuenta en el futuro.
“El sector se empieza a profesionalizar en 2014 con la entrada de la legislación. En ese momento éramos unas 20 empresas y ahora mismo hay más de 1.000”, explica Jaime Guillot, director ejecutivo de Drone Spain, una de las operadoras españolas más grandes del mercado.
A su juicio, la gran acogida que han tenido estos aparatos entre el público -sólo en Estados Unidos se estima que se han comercializado alrededor de 400.000 durante la campaña navideña- ha ayudado a que la sociedad tome conciencia de la verdadera realidad de los drones.
En ocasiones se olvida que el regalo estrella de las pasadas navidades no es un juguete y que es necesario acreditar con un título la destreza del piloto, así como cumplir con una exigente regulación que contempla multas de hasta 250.000 euros en caso de infracciones muy graves.
Centros Ato, las autoescuelas aéreas
En España, los pilotos de drones se rigen por una normativa vigente desde julio de 2014 y un órgano regulador, la AESA (Agencia Española de Seguridad Aérea), encargado de velar por la seguridad y profesionalidad de todos los que manejan aeronaves no tripuladas de hasta 150 kg. El primer paso para convertirse en piloto profesional de drones es superar un curso homologado por la AESA en el que los candidatos se someten a una prueba teórica, una práctica y un examen médico, cuyos requisitos son muy similares a los que ha de pasar un piloto de una aerolínea comercial.
Estos cursos se imparten únicamente en los centros ATO, una suerte de autoescuelas aéreas donde se consigue la licencia para volar, y que en España, según los datos de la AESA, ascienden a 58. En este sentido, los expertos recomiendan a los futuros pilotos que se aseguren de que los centros cuentan con todas las garantías legales ya que, con la popularización de los” drones”:http://gestion.pe/noticias-de-drones-29221?href=nota_tag , han surgido un buen número de escuelas pirata que no aseguran la titulación oficial a sus alumnos.
Aunque resulta paradójico, una vez que el piloto se saca la licencia no puede hacer volar drones . Para ello, explica Guillot, es necesario “estar bajo el paraguas de una operadora”. De este modo, el futuro para estos nuevos profesionales del aire pasa, en la mayoría de los casos, por montar su propia operadora debido al escaso número de compañías que trabajan con drones en la actualidad.
La lista de tareas para la que se pueden emplear los drones es amplia y va en aumento. Desde la revisión y mantenimiento de estructuras, edificios o tendidos eléctricos, pasando por la fotografía y la grabación de imágenes, hasta la fumigación de cultivos, la vigilancia de terrenos o el control de fronteras.
Sin embargo, la restrictiva regulación a la que está sujeta el sector ensombrece las perspectivas de consolidarse en el corto plazo como una industria puntera y generadora de empleo. “Va a haber una travesía por el desierto hasta que la regulación cambie, y esto no pasará hasta que los fabricantes aseguren la total fiabilidad de los drones “, concluye el director ejecutivo de Drone Spain.
*Los requisitos para convertirse en piloto de drones *
1. Curso teórico
Todos aquellos interesados en convertirse en pilotos de drones deberán superar, en primer lugar, un curso teórico de 60 horas de duración que sólo puede ser impartido en los centros ATO, homologados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
2. Curso práctico
Además de las centros ATO, únicamente existen un puñado de empresas autorizadas para impartirlos. Para superar esta prueba, el alumno debe demostrar su destreza con la aeronave en un examen, tras cuatro horas de lecciones prácticas.
3. Certificado médico
Se trata de un certificado médico de clase 2, similar al que se hace a cualquier piloto de aviación comercial. Incluye pruebas de orina, sangre, diabetes y daltonismo, entre otras.
Diario El Observador de Uruguay
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