Pese a la sorpresa de muchos por los US$ 19,000 millones que Facebook desembolsó por la compra de WhatsApp, las tecnológicas estadounidenses cuentan con casi medio billón de dólares con los que podrían comprar hasta 25 veces la popular aplicación de mensajería gratuita.
Según un reporte de El Economista de España, hay unos US$ 467,800 millones listos para ser disparados en cualquier momento, cifra incomparable hace cinco años, cuando los niveles eran más bajo por la crisis económica.
Pero, ¿hasta qué punto es positivo tener inmovilizado en el balance tales sumas de dinero? La gran mayoría ni siquiera dedica una parte a pagar dividendo -solo 35 empresas de las 63 empresas que lograrán caja este año en el índice tecnológico repartirán dividendo, con una rentabilidad media del 1.97%-; ni tampoco han derrochado su tesorería, hasta ahora, a golpe de movimientos corporativos.
De hecho, si se compara la posición de tesorería de las estadounidenses con la de las cotizadas europeas, la diferencia es abismal. Se espera que estas últimas terminen el año con una caja de 130,900 millones de euros (unos US$ 180,300 millones). Es decir, menos incluso de lo que lograban las tecnológicas americanas ya en 2009. Desde entonces, la caja de las europeas se ha incrementado un 55%.
