Agencias.- David Bowie, además de músico visionario, también causó sensación en Wall Street al convertirse en 1997 en el primer cantante en transformar sus derechos de autor en una inversión financiera muy especial, las obligaciones.
Bowie murió de cáncer hoy a los 69 años, tras una carrera excepcional y dos días después de la salida de su 25º álbum, una noticia acogida con gran sorpresa y dolor por el mundo de la música.
“David Bowie murió en paz hoy rodeado de su familia al término de una valiente batalla de 18 meses contra el cáncer”, indicó un mensaje fechado el domingo y difundido este lunes en sus cuentas de Twitter y Facebook.
Algunas semanas después de haber celebrado sus 50 años en el Madison Square Garden en Nueva York con Lou Reed, Billy Corgan (Smashing Pumpkins) y Brian Molko (Placebo), la estrellá del rock lanzó entonces obligaciones garantizadas por su música.
Los “Bowie Bonds”, que proponían un tipo de interés del 7.9% a diez años, permitieron al artista británico obtener de inmediato US$ 55 millones.
Como garantía estaban sus derechos de autor de 25 de sus álbumes publicados antes de 1990, como “Let’s dance” o “Hunky Dory”.
Este mecanismo de transformar créditos o ingresos regulares en títulos que pueden ser comprados y vendidos por inversores era hasta entonces aplicado habitualmente a los créditos de automóviles, o a las hipotecas, pero nunca un artista había tenido la idea de vender o canjear sus “royalties” de esta forma.
La operación fue entonces posible porque Bowie, a diferencia de muchos artistas de rock, poseía los derechos de la totalidad de su obra.
Otros cantantes como James Brown y Rod Steward, o el grupo de heavy metal Iron Maiden, recurrirían después al mismo mecanismo.
Bowie, un notable hombre de negocios, llegó asimismo a un acuerdo en 1997 con la empresa británica de discos EMI, mediante el cual se le adelantaban 30 millones de dólares de sus futuros royalties a cambio de la exclusividad de los derechos de distribución en todo el mundo del catálogo que abarca su obra entre 1969 y 1990.
Adepto de las tecnologías de vanguardia, el cantante se convertiría años más tarde, en 1999, en uno de los primeros artistas en proponer la descarga en la red de la totalidad de su álbum “Hours”.