Montecastro. En el 2014 la Hacienda Monasterio, en Ribera del Duero, se hizo con la mayoría de las acciones de Montecastro, lo que le ha permitido tomar la dirección técnica de esta bodega para encauzarla en busca de nuevos aires que sirvan para dar bríos al gran potencial de sus vinos. Una buena prueba es este vino, elaborado con uvas de la variedad Tinto Fino, y envejecido 17 meses en barricas de roble francés y americano. Con un color rojo brillante, en nariz cobran relevancia los aromas a fruta roja y madera, algo que tiene su justa consonancia en boca, con una frescura agradable y un equilibrio adecuado entre las frutas y el punto de acidez necesario. A la medida de un buen plato de carne roja, asados o una selección de quesos curados.