Cuando los exámenes de admisión universitaria siguen siendo “no PISA”

Luis Hurtado, director académico del grupo La Matriz, comenta las falencias de la educación preuniversitaria y cómo las academias llenan un vacío entre la escuela y la universidad.

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Las academias cumplen un objetivo claro: que sus alumnos entren a la universidad, y el Grupo La Matriz es una de ellas.

Desde el 2002, este grupo de estudio asesora a los postulantes de la Universidad Pacífico a ingresar y a los alumnos de este mismo centro a mantener un buen performance académico en los primeros ciclos.

Los ocho docentes con los que cuentan son especialistas en matemática. Cada semestre, pueden manejar hasta 200 estudiantes en sus aulas.

Para Luis Hurtado, instituciones como las que dirige llenan un vacío entre la escuela y la universidad.

Las academias brindan una oferta educativa directamente determinada por lo que piden las universidades (enseñanza por contenido) y, muchas veces, los colegios persiguen otros objetivos como el desarrollo de capacidades específicas en los alumnos.

Así, el director académico de La Matriz identifica un desfase entre lo que se quiere lograr en la educación escolar y lo que piden las universidades en sus procesos de admisión. Es ahí donde entran las academias.

“La educación superior se sigue midiendo por contenidos, el examen tradicional ya no se condice con lo que se quiere hacer en educación secundaria. Mientras tengamos esa brecha, todavía va a haber este espacio (para las academias)”, indicó.

“En el caso de matemáticas, la manera de aprender no debería ser una en la que el problema ya este planteado y la solución sea la aplicación directa de una fórmula o un algoritmo, sino que haya una situación problemática en la que el estudiante tiene que construir todo y, para ello, hacer el uso de la matemática… Pero el examen de admisión sigue siendo de aquel tipo No-PISA “, explica el docente.

Los profesores de La Matriz trabajan con alumnos de 16 a 21 años y se valen de herramientas digitales para mejorar la enseñanza. Luis Hurtado precisa que, en los cursos de preparación universitaria, utilizan el modelo Flipped Classroom, en la que los alumnos deben asistir a la clase revisando contenido previamente en casa, en la modalidad b-learning, es decir, educación semipresencial.

“En el trabajo del docente, es un ideal que los chicos vengan revisando previamente. La idea es que ellos se anticipen, agarrados de la alta motivación por ingresar, vienen, reforzamos con preguntas a la carta y, luego, trabajo en casa. En la modalidad b-learning, aprovechamos lo mejor de la presencial pero también tratamos de ganar lo mejor de las herramientas virtuales”, explica el matemático.

Los estudiantes del Grupo La Matriz, cuyos padres invierten un promedio de S/. 300 mensuales, ya utilizan herramientas de la plataforma virtual educativa Chamilo, en la que se encuentran podcasts y demás material para el aprendizaje de lecciones de matemática.

Hurtado admite que la metodología en sí no te garantiza resultados, pero sí puede ayudar a conseguirlos.

Ahora, la institución educativa se enfoca en abrir su oferta a los postulantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y crear material digital propio para sus lecciones.

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