Enoturismo o las largas rutas para los apasionados del vino

Los conocedores de la materia pueden lanzarse a la búsqueda especializada de las mejores variedades de cepas. En tanto, los que comienzan en este tipo de travesías pueden llegar a una ciudad base y hacer el tour desde ahí.

El enoturismo, o turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas, es un plan obligatorio en los viajes de cualquier apasionado de los vinos.

Regiones como Borgoña, Burdeos y Alsacia (Francia) cobran un protagonismo indiscutible en este tipo de ruta, pero también se cuentan destinos como Italia, Sudáfrica, Argentina y –un poco menos tradicional– Estados Unidos.

Este país cuenta con una importante producción de vinos y que se ha especializado en promover el turismo para que los conocedores visiten el valle de Napa, en California, región vitivinícola más importante de dicha nación.

La ruta enológica
La aventura que lo espera en una región vinícola vale por sí sola la experiencia. En una bodega se pueden conocer hasta 25 etiquetas; eso sin contar variedades y tipos, como espumantes, vinos tintos, blancos, brandy, aceites de oliva, vinagres, entre otros productos.

Sin embargo, si posee más experiencia en la materia, una buena forma de lanzarse por esta ruta es buscar las mejores variedades de acuerdo al gusto.

“Una ruta enológica depende de la cepa que más gusta. Si disfruta mucho el cabernet sauvignon, podría preferir Francia”, recomienda Pascal Hel, propietario y sommelier investigador del Chateaux de Pascal.

Argentina, por citar otro ejemplo, es imprescindible si su cepa favorita es el malbec.

Hel también sugiere: “Un ejercicio muy interesante es estudiar el contraste de los dos mundos: el nuevo continente y el antiguo, pues aunque tomes de la misma cepa, el vino no va a ser el mismo”.

Potencial turístico
Si bien el vino es el objetivo principal de este tipo de turismo, la experiencia puede trascender el gusto por la bebida.

Muchas bodegas no solo ofrecen rutas por sus instalaciones, sino también catas y degustaciones, así como talleres e incluso paseos a caballo para disfrutar de los entornos naturales en los alrededores de las viñas.

Para Marco Pastrana, propietario de la consultora de vinos Marvinik, el enoturismo es una manera de explorar la riqueza gastronómica y cultural de un lugar.

“Muchas veces, la gente va a los museos, restaurantes, etc.; pero siento que esa no es la mejor forma de conocer la cultura local. Mi manera preferida es yendo a los viñedos, porque llegas a tener contacto con familias tradicionales, de las que se pueden conocer todas las costumbres, pues los viñedos tienen más de 50 años y muy seguramente son familias tradicionales las que mantienen la producción de vinos”, considera Pastrana.

Recomendaciones y precios
Para aquellos quienes comienzan en el mundo del enoturismo, es recomendable llegar a una ciudad base (como Florencia para realizar la ruta de la Toscana) y a partir de ahí hacer el tour con empresas que ofrezcan el paseo en casas de prestigio.

Viator, de TripAdvisor, y Visitchile son algunos ejemplos que ofrecen tours desde US$ 90. También se pueden consultar webs especializadas en enoturismo y que recomiendan casas, hoteles, transportes y más.

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