(Bloomberg).- 20th Century Fox tiene problemas de sucesión con los mutantes.
Con el debut de “Logan” esta semana, el público se despide de Hugh Jackman como Wolverine, el popular personaje con traje metalizado de Marvel Comics en la serie de superhéroes “X-Men” de US$ 4,000 millones de 21st Century Fox Inc., propiedad de Rupert Murdoch.
Patrick Stewart, que interpretó desde el año 2000 al líder del equipo de mutantes Charles Xavier, también dijo que será su última interpretación de ese papel.
La serie “X-Men” es la principal franquicia de Fox y produce sus mejores ventas de taquilla. El estudio demostró el potencial obteniendo el año pasado un nuevo éxito a partir de “Deadpool”, un personaje prácticamente desconocido.
Pero Fox quedó detrás de Disney, Universal y Warner Bros. en ventas de entradas en los dos últimos años, y “X-Men: Apocalipsis”, estrenada en mayo, decepcionó.
Fox se ha movido de forma errática en el intento de dar nueva fuerza a una franquicia envejecida en un campo cada vez más competitivo para alcanzar éxitos de taquilla con películas basadas en historietas.
“Logan” confiará en Jackman, que interpretó a Wolverine durante 17 años, para lanzar a “X-Men” a un futuro exitoso sin él. La crítica ha elogiado su última actuación y el estudio es tan optimista que está incrementando el desarrollo de películas Marvel.
“Es lo más grande que hemos hecho hasta ahora”, dijo Stacey Snider, experimentada ejecutiva cinematográfica de Universal y DreamWorks que pasó a ser única responsable del estudio Fox en septiembre.
Con las nuevas películas de Marvel, Fox aspira a un “cine de calidad y visionario, con un enfoque de carácter individual, no hecho en serie” dijo Snider en una entrevista.
Entre los proyectos Marvel de Fox, que ha producido mega-éxitos como “Avatar” y “Titanic”, figuran otra película “X-Men” y más producciones derivadas de otras, como “Deadpool”, incluida una sobre un ladrón llamado “Gambit”.
El estudio, que tiene las licencias de los personajes de superhéroes humanos mutantes de Walt Disney Co., propietario de Marvel, también tiene los derechos de los Fantastic Four y podría explotar al equipo de X-Force que está detrás de “Deadpool”.
Con películas como “Iron Man” y “The Avengers”, Disney estableció un patrón para las películas de superhéroes: desarrollar secuelas para personajes individuales y luego reunirlos en mega películas que producen resultados de recaudación aún mayores.
Warner Bros. está siguiendo una ruta similar con los filmes basados en DC Comics, que culminarán en una película gigantesca de “Justice League” en noviembre. Las películas de Disney presentan diálogos ingeniosos y colores brillantes; las de Warner Bros. han sido más serias e inquietantes.
A diferencia de Disney, que en sus películas Marvel sigue apostando a la familia, Fox tiene la libertad de crear superhéroes para mayores de 13 años o no convencionales, como lo hizo con “Deadpool”, acerca de un ex integrante de las fuerzas especiales que, a raíz de unos experimentos, queda desfigurado y con poderes de curación.
Esa producción con un costo de US$ 58 millones apeló al lado más bajo de los gustos de los admiradores de superhéroes y fue un éxito mundial que sorprendió. Gracias a sus US$ 783 millones en ventas de entradas a nivel global, fue la película para mayores de 13 años más grande de la historia.