Una temporada completa. Trece episodios. Cada uno de una hora de duración. Uno detrás de otro sin comerciales ni esperas.
Esa es la oferta de Netflix, el servicio de streaming que ha logrado empezar a definir el cambio en el rostro de la televisión por cable y señal abierta.
Aunque ya había experimentado con series originales -una de las más mediáticas fue el estreno de la cuarta temporada de la serie de culto “Arrested Development”, que antes de su cancelación se emitía por cable- es en febrero del 2013 cuando Netflix estrena “House of Cards”, la historia de Frank Underwood: un despiadado político gringo que junto a su esposa, Claire Underwood, están dispuestos a todo para lograr sus objetivos.
Arribismo, violencia, sexo y personajes construidos no como villanos oscuros, sino llenos de matices, le granjearon a la serie el apoyo de la crítica y la subida en las suscripciones globales al servicio, después de una jugosa inyección de presupuesto.
Además de los ingresos económicos que la serie ha generado en acuerdos con gigantes como Sony (es, según expertos, una de las series que mejor explota y trata el product placement), `House of Cards´ ha puesto en el mapa a Netflix como un competidor de temer.
Impacto
Ha sido tanto el alcance que empresas líderes en la producción de series tradicionalmente ganadoras de premios y de grandes presupuestos, como HBO, han entendido que si no dan el siguiente paso perderán.
Hace solo unos días anunciaron su alianza con la marca de la manzana para lanzar su catálogo vía Apple TV, por US$15 al mes. Una capitulación frente al formato streaming.
Por su parte, Amazon, el gigante de las ventas online, también ha lanzado el mismo formato mediante Amazon Studios, con inversiones en series originales.
Así, en “Transparent”, la serie sobre un transgénero que debe enfrentar a su familia, el actor protagonista, Jeffrey Tambor, ganó el Globo de Oro a mejor actor de comedia.
Dixit
Barack Obama
Presidente de EE.UU
“Frank Underwood consigue que se hagan muchas cosas en la serie(…). Ojalá las cosas fueran tan despiadadamente eficaces”.