Bloomberg.- José Luiz de Carli Neto aplicó el doble de fungicida de lo normal a los cafetos que cuida en el sureste de Brasil. Sin ningún resultado.
Una enfermedad fúngica llamada roya del café se propagó en sus 300 hectáreas (700 acres), lo cual probablemente implicará una menor cosecha en 2018.
“El daño ya está en las plantaciones”, dijo Carli Neto, de 64 años, que cultiva café desde hace cuatro décadas y produjo el año pasado alrededor de 7,000 bolsas de granos.
La magnitud total de los daños no se conocerá hasta que comience a cosechar aproximadamente dentro de un año, pero “las plantas se deshojaron”, dijo. “Ha sido muy agresivo”.
Algunos productores en Brasil, el principal productor y exportador mundial, están aún peor. Además del hongo, enfrentan un infrecuente brote de broca del café, un insecto que come el interior del fruto que contiene el grano, que queda inutilizado.
Las plagas pueden haber afectado 30% de las fincas de café arábica en Minas Gerais, la región productora más grande del país, según Citigroup Inc.
La producción brasileña probablemente caerá 10% en el año que comenzó el 1 de julio, dijo Citigroup en un informe fechado el 10 de agosto. Rabobank International calculó la disminución en un 9%.
Si bien algunos operadores predicen una cosecha récord en 2018, cuando los árboles retornan al período de mayor rinde de su ciclo bienal, una mayor amenaza de daños a los cultivos a causa de plagas podría ampliar un déficit global que actualmente va por su cuarto año consecutivo.
Esto se debe a que el problema no se limita a Brasil. La roya y la broca del café ya están reduciendo la producción en Perú, el tercer productor más grande en Sudamérica.
En las plantaciones montañosas de Guatemala y Honduras, la roya del café se presenta con más frecuencia, en parte debido a un clima cambiante que ha derivado en un tiempo inusualmente caluroso que permite al hongo sobrevivir a mayor altitud.
Y años de precios bajos del café han limitado los recursos que tienen disponibles los productores para más productos químicos destinados a los cultivos.
Menor demanda
Ciertamente, las plagas quizá no tengan un gran impacto en los precios a corto plazo. Pese a años de déficits globales de producción, las existencias de café en manos de los grandes países importadores siguen siendo amplias.
Y el crecimiento de la demanda global se ha desacelerado ante la creciente popularidad de los sistemas de monodosis, que implican menos desperdicio.
La cosecha de Brasil podría repuntar el año próximo. Ecom Agroindustrial Corp., un comerciante en materias primas con sede en Suiza, que se autoproclama segundo operador en café más grande del mundo, predijo en julio que la cosecha 2018-2019 será récord con más de 55 millones de bolsas.
Sería más que la temporada actual, que el departamento de Agricultura estadounidense calcula en 52,1 millones de bolsas. Cada bolsa pesa 60 kilogramos (132 libras).
