AFP.- El atentado contra la mezquita londinense de Finsbury Park fue el desenlace lógico de la demonización de los musulmanes que hacen los tabloides y algunas figuras de la ultraderecha, lamentaron analistas británicos y líderes islámicos.
Políticos de la oposición, la escritora J.K. Rowling o los caricaturistas de la prensa de izquierdas condenaron la retórica inflamada que, según ellos, contribuyó a que, pasada la medianoche del domingo, un hombre blanco de 47 años decidiera atropellar a un grupo de fieles que acababan de salir de la mezquita del norte de Londres, al grito de “¡Quiero matar a todos los musulmanes!”.
Los vecinos de Darren Osborne, el hombre de Cardiff detenido por el ataque, dicen que bebía mucho y que su rabia contra los musulmanes aumentó por el atentado del 3 de junio en Borough Market, Londres, cometido por islamistas.
Tommy Robinson, antiguo líder del grupo de ultraderecha Liga de Defensa Inglesa (EDL), tildó de “venganza” el atentado de Osborne.
J.K.Rowling, por su parte, señaló a una columnista del Daily Mail, Katie Hopkins, al reclamar: “hablemos de como se radicalizó el terrorista de Finsbury Park”.
Tras el atentado suicida en un concierto de Ariana Grande en Mánchester, en que murieron 22 personas, muchas adolescentes, Hopkins escribió en Twitter: “Hombres occidentales. Son vuestras mujeres. Vuestra hijas. Vuestros hijos. Levantaos. Alzaos. Exigid medidas. No sigáis como siempre. Indignaos”.
Según estadísticas del gobierno, de las 260 detenciones por terrorismo en 2016, 91 fueron de blancos británicos, un incremento de 28% respecto a 2015 y el único grupo étnico en registrar un aumento.
Los delitos de odio antimusulmanes aumentan también año a año, en particular después de los atentados.
Ciberanzuelos y ventas
Hasta esta semana, el asesinato de la diputada laborista Jo Cox, hace un año, fue el crimen ultraderechista más relevante en el Reino Unido.
Pero muchos musulmanes denuncian que reciben insultos con frecuencia, y que las cosas han empeorado desde la llegada a Europa de numerosos refugiados de la guerra de Siria, y desde el triunfo del Brexit en el referéndum sobre la Unión Europea, en junio de 2016.
Fiyaz Mughal, fundador de “Tell Mama” (Díselo a mamá), un grupo que registra incidentes antimusulmanes, admitió el odio que movió a Osborne vino principalmente de la violencia islamista.
“Pero, desgraciadamente”, cuando ocurre un atentado islamista, “tienes titulares y columnistas de opinión a los que se le permite vomitar el contenido más inflamatorio, simplemente como ‘ciberanzuelo’ y para vender diarios”, dijo Mughal a la AFP.
Raffaello Pantucci, experto contraterrorista del Royal United Services Institute, coincidió en que “la retórica ponzoñosa” de las páginas web de extrema derecha y algunos medios convencionales pudo influir en el ataque de Finsbury.
“Desafortunadamente, es un círculo vicioso”, añadió, pronosticando que, a su vez, el ataque alimente reacciones de cólera de algunos musulmanes. “Y va a ser difícil detenerlo en esta ambiente febril”, sentenció.
Martin Rowson, humorista de The Guardian, reaccionó los hechos de Finsbury con una caricatura de la furgoneta de Osborne con un anuncio en el costado: “Lean The Sun y el Daily Mail.”
‘Nos odian’
En noviembre de 2015, The Sun publicó el titular “1 de cada 5 musulmanes británicos simpatiza con los yihadistas”, que el órgano de control de la prensa tildó de “significativamente engañoso” por ser una interpretación muy libre de la estadística.
Algunos musulmanes sostienen que hay indiferencia oficial y criticaron que la policía tardara tres horas en caracterizar el ataque de Finsbury Park como terrorista, más tiempo que en otras ocasiones.
Mughal expresó simpatía por una policía que se halla bajo enorme presión, y que tiene que afrontar amenazas de todos lados con recursos limitados.
Pero coincidió en la imagen del círculo vicioso. “Cuando hablo con ellos, no logró hacérselo entender. ‘Nos odian’, dicen. Les digo que este es su país, me dicen ‘no, no lo es’”, explicó Mughal.
Mohammed Kozbar, presidente de la mezquita de Finsbury Park, insistió en que los extremistas, de todos los colores, son minoría, y puso como ejemplo la asistencia de gente de todas las creencias al homenaje a las víctimas que tuvo lugar el lunes por la noche.
“El terrorismo no tiene fe, no tiene religión, están tratando de dañar nuestras relaciones: no les dejaremos”, explicó a la AFP.