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Las islas privadas de los multimillonarios: Diez rincones escondidos y retiros de lujo
FOTOGALERÍA. Si la casa de un hombre es su castillo, una isla privada es su reino. Y si bien usted no tiene que ser súper rico para comprar una isla (se puede conseguir una pequeña por unos $ 50,000), muchas de las propiedades más exclusivas del mundo son propiedad de multimillonarios. La tendencia de poseer un pedazo de paraíso se remonta a los años 60 cuando el fallecido magnate naviero Aristóteles Onassis se casó con la ex primera dama de EE.UU. Jacqueline Kennedy en su isla griega de Skorpios, según Chris Krolow, presidente ejecutivo de Private Islands, una empresa con sede en Toronto que se especializa en bienes raíces de islas privadas y cuya página web cuenta actualmente con cerca de 750 islas a la venta en todo el mundo.
Louis Bacon (Isla Robins, Nueva York). A veces la idea de comprar una isla comienza con un sueño. Louis Moore Bacon vio Robins Island cuando era un joven de unos 20 años que trabajaba en un barco de pesca de la zona. Años después, en 1993, ya convertido en un empresario de Wall Street, Bacon compró los más de 400 acres vírgenes de bosques, playas y acantilados de la costa de Long Island, a unas 80 millas de Manhattan, por US$ 11 millones para ser utilizados como un refugio de la familia y para restaurar y preservar el hábitat que se fue deteriorando desde hace siglos, según informes de prensa. Los ambientalistas locales de ese entonces describieron la isla como el Valle de Yosemite de la región, la Mona Lisa del East End, y una joya natural rara en una parte del mundo superdesarrollado. Hoy en día, la Fundación Robins Island continúa el trabajo de conservación.