Nancy Portugal Prado
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“El Perú ha pasado por varias etapa en el tema de retail. En el inicio de mi carrera no había nada. La gente colgaba lo que quería vender de una forma improvisada”, narra la escaparatista Karina Barhumi.
Su trabajo consiste en diseñar las vitrinas y fachadas de boutiques y centros comerciales, una tarea que si bien podría asemejarse al arte y la decoración, alberga un propósito mercadotécnico.
“Todavía muchos no toman el valor de la vitrina. Los que han tenido la experiencia de una buena vitrina no quieren dejarla. Una vez que tienes ese concepto ya saben que tienen que invertir en eso porque es efectiva como la publicidad”.
La escaparatista revela que hoy una oficina de marketing puede destinar un 20% de su presupuesto a la presentación de la fachada de las tiendas. “Eso pasa en las boutiques locales y chicas que quieren hacer cosas distintas. Atraes al cliente y tienes una comunicación directa con el consumidor final”.
Paras Barhumi, la clave de una vitrina efectiva es que “no se pelee con lo que hay detrás de la puerta, sino que haya una conexión directa, que cuando la gente entre, entienda que es una continuación”.