(Bloomberg).- Julie Moss, vicepresidenta de HBO, tenía turno para un chequeo. Pero en vez de llamar un taxi y esperar en el consultorio del médico, hizo que el médico fuera a verla.
En realidad, una enfermera de atención primaria. Instaló un puesto de primeros auxilios improvisado en la oficina de Moss en Nueva York, disponiendo una venda, agujas, y otros artilugios propios de los médicos sobre una hoja descartable en la mesa junto al sillón. Comenzó con un pinchazo en el dedo para medir el colesterol.
Sonó el teléfono. Moss, ahora con una venda sobre su dedo índice, se levantó a atenderlo. Era su jefe. Mientras charlaban y programaban algunas reuniones, la enfermera de atención primaria pasó la muestra de sangre por un lector. Después de la llamada, midió la presión arterial, la temperatura y otros signos vitales de Moss. La cita llevó menos de media hora y habría costado US$ 75, si no hubiera sido por la promoción vigente gracias a la cual era gratis.
Moss, de 37 años, había coordinado la visita por medio de una aplicación llamada Pager, una especie de Uber para médicos, o Seamless para trabajadores enfermos, o elija su propia analogía entre las empresas emergentes. Pager, con sede en Nueva York, arrancó hace poco más de un año como una vuelta de tuerca moderna a la vieja visita a domicilio. En vez de sentarse en una sala de guardia o programar una visita muy distante al médico, las personas que tienen alguna dolencia y están muy ocupadas dan un golpecito en su teléfono y consiguen que médicos y enfermeras afiliados a grandes sistemas de salud de la ciudad de Nueva York estén en su puerta en dos horas o menos. La mayoría de la gente utiliza la aplicación para atención domiciliaria, pero Pager dice que ha visto miles de usuarios en el trabajo. Existen servicios similares, como Heal y Go2Nurse, en Los Ángeles y Chicago, respectivamente.
“Usted tiene un problema, una infección, una lesión leve, siente dolor, siente estrés –oprime un botón y en una hora el médico estará con usted”, dijo Gaspard de Dreuzy, el máximo responsable de Pager, de 39 años. Los precios varían desde US$50 por una consulta telefónica hasta US$200 para una visita urgente en persona. La aplicación todavía no acepta seguros, aunque Pager dice que eso llegará pronto. Por ahora, el servicio se factura como un proveedor fuera de la red.
El acceso a la atención médica en el trabajo no es totalmente novedoso. Algunos empleadores más grandes tienen clínicas de salud in situ equipadas con enfermeras. Los paquetes de beneficios pueden incluir acceso a servicios de medicina a distancia, como MDLive, Doctor on Demand, y American Well, que proveen consultas por teléfono o video-chat. “Por video, se pueden tratar 17 de las 20 cosas que se ven en los centros de atención de urgencias”, dijo el máximo responsable ejecutivo de Doctor on Demand, Adam Jackson. La mayoría de las consultas de Doctor on Demand tienen lugar desde la casa por video-chat, pero un cuarto de las organizaciones que utilizan la plataforma instaló salas específicas con iPads para trabajar.
Al igual que muchos de los beneficios de la oficina moderna, la tele-medicina y los médicos a pedido son amplificadores de la productividad disfrazados de ventaja.
“Usted mantiene a sus empleados saludables y al mismo tiempo, si se enferman, acceder a la atención es tan rápido, tan cómodo y eficiente que pueden perder menos tiempo yendo al consultorio del médico”, dijo Dreuzy de Pager.
Muy pronto, no necesitaremos volver a abandonar el trabajo.
¿No es fantástico?