Bloomberg.- Si usted tuviera que describir un restaurante declarado el mejor del mundo, quizá pensaría en un lugar distintivamente glamoroso.

Comí en seis establecimientos que lucieron ese título. Mis viajes me llevaron a lugares gloriosos, desde un chalet en la ladera de una colina frente al mar en Cataluña hasta las calles secundarias de Módena, Italia.

Nunca esperé viajar a un pub de aldea en el corazón rural del norte de Inglaterra —al que se llega por una carretera estrecha y serpenteante—, donde lo primero que se ve al llegar por fin es un grupo de vecinos sentados en un banco disfrutando de una pinta de cerveza al aire libre.

La semana pasada, el Black Swan de Oldstead se alzó con el título en los premios Travelers’ Choice Restaurants de TripAdvisor para la categoría de comida gourmet.

Es bastante distinto y (admitámoslo) mucho menos prestigioso que el título otorgado todos los años por los premios World’s 50 Best Restaurants, seguidos con mucha atención por la industria de los restaurantes.

“Para ser sincero, cuando me lo contaron, pensé que sonaba un poco a broma, que alguien nos estaba tomando el pelo o algún tipo de chanchullo”, dijo el chef Tommy Banks en entrevista desde el bar empedrado, con una fogata hecha con leña, paredes con paneles y un pizarrón con la lista de cócteles.

“Nunca imaginamos lo grande que llegaría a ser. Se volvió una locura. El teléfono no paraba de sonar, y e-mails, e-mails, e-mails. Tomamos 1,200 reservas en cuatro horas, y con eso ya estamos cubiertos para el resto del año. A la mañana siguiente, cuando vine a cocinar el desayuno, había reporteros afuera, y vimos camiones de TV todo el día. Recibimos 90,000 visitas en nuestro sitio web en una tarde”.

Directo de la granja
La única opción es un menú de degustación a 95 libras esterlinas (US$126) concentrado en productos locales, muchos del campo alrededor del pub y algunos de su jardín trasero.

Los padres de Banks, que son agricultores, compraron el pub en North Yorkshire y lo transformaron en un restaurant. Tommy Banks es el chef principal y su hermano James se encarga de la atención. La familia lleva varias generaciones trabajando la tierra en la zona de Oldstead.

El comedor principal es un pequeño espacio en la planta superior, sobre el bar, con mesas sin mantel y un techo bajo sostenido por vigas contra las que uno puede darse la cabeza.

Bank sirve platos que van de la granja a la mesa y se concentran en esta y el comensal en vez de conceptos abstractos y una creatividad alocada. Es comida reconfortante que no se aleja demasiado de la comodidad, pero logra evitar la previsibilidad. Se trata del sabor de los ingredientes más que de lo que imagina el chef. Es cocina británica de buena calidad, llevada a otro nivel.

Y también tiene una lista de vinos muy imaginativa. Quizás no sea el que elegiría yo como mejor restaurante del mundo, pero fue uno de los almuerzos que más disfruté este año. Queda a más de 360 kilómetros de Londres, pero no titubearía en volver. Si tan solo pudiera conseguir una mesa.

Richard Vines es el principal crítico de alimentos en Bloomberg.