Sandra Vargas Gutiérrez
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Sonia Segura echa por la borda aquellas bromas machistas sobre la mujer al volante y el peligro constante. La colombiana de 42 años, productora de radio y televisión, maniobra a diestra y siniestra los monster trucks (camiones con ruedas gigantescas) y es la única piloto latina en esta curiosa modalidad.
Su engreído es un Jeep Wrangler de 1,300 caballos de fuerza, tres metros de alto y tres toneladas, con el cual participará en “Monster Trucks”, espectáculo que este fin de semana reunirá a diez pilotos, nueve de ellos estadounidenses. Sonia será la única fémina que demolerá autos a su antojo.
Pero ella ya está acostumbrada a rodearse casi únicamente por hombres y no le incomoda. Incluso, asegura que jamás tuvo que enfrentarse al machismo: “Gracias a mis amigos hombres entré al mundo del motor, fue un hombre quien me vendió mi primer auto (un Buick 66), otro hombre el que me ayudó a arreglarlo y así fue la cadena de favores para llegar dónde estoy. Yo soy una mujer que se mueve más allá de del capó para una foto. Soy de las que se llena las manos de grasa sin problema”.
Ese contexto positivo la llevó a fundar “Pasión a Motor”, grupo conformado por mujeres colombianas que se comprometen con el fomento de la cultura automotriz. “Este mundo dejó de ser machista y los hombres lo están tomando muy bien”.
Sus pininos
Sonia manejó un monster truck por primera vez hace seis años, en el 2010, en un evento en Bogotá. Allí conoció al piloto Steve Hearley, de quien se enamoró y aprendió del mundo de las tuercas.
“No es fácil manejar un monster. No hay que ser musculosa, pero sí tener fuerza para controlar el carro. Pero Steve, mi pareja, comenzó a enseñarme todo y me gustó mucho la adrenalina que se siente”.
Y si bien estos vehículos son peligrosos, la piloto confía en ellos: “Uno debe usar casco y tener un cinturón tipo arnés que evite el rebote. Además, se cuenta con una jaula de fierro en el auto”.
Hace dos años recién debutó en una presentación oficial de monster trucks con un Jeep Jail Break, en Cali. Y hoy no se pierde ninguno de los espectáculos.
