(Bloomberg).- El sector del esquí en Japón, ya afectado por la situación demográfica del país, que ha hecho que muchos queden fuera del deporte por una cuestión de envejecimiento, se ha visto golpeado por una dosis de lo que justo no necesitaba: un templado clima invernal, cortesía del fenómeno El Niño.
Si bien el lunes una ola de frío provocó nevadas en muchas partes del país, entre ellas Tokio, y a algunos centros de esquí y snowboard les ha ido bastante bien gracias a las visitas de turistas extranjeros, otros han vivido una de las peores temporadas en años. Las telesillas del centro de esquí de 80 años de antigüedad de Oana en Minakami, una ciudad de aguas termales ubicada en la provincia de Gunma, habían funcionado solo dos días esta temporada y el número de visitantes se contrajo en cerca de un 80% respecto al año anterior durante la época de festividades de año nuevo.
“Por fin está cayendo nieve. Es muy bueno, ya que no había nevado hasta ayer”, dijo el lunes Motoko Hokari, que trabaja en el centro de esquí desde hace unos 25 años. “Sin embargo, las oportunidades de negocios que hemos perdido en las últimas semanas no volverán. Me preguntó cuánto durará la nieve. Si continúa nevando algunos días más, el estado de las pistas de esquí probablemente sea más estable”.
En general, el número de esquiadores y practicantes de snowboard se ha reducido en más de la mitad con respecto a la máxima que se registró en 1998, llegando a menos de 8 millones, de acuerdo con la Oficina de Turismo de Japón.
Después de una nivelación durante el auge que tuvo el esquí entre 1970 y 1980, en la década de 2000 los centros de Japón comenzaron a beneficiarse con un fuerte incremento de la cifra de visitantes extranjeros, entre los que se encuentran los esquiadores australianos, que empezaron a dar preferencia a los centros de Japón frente a los de EE.UU. tras los atentados terroristas de 2001.
No obstante, la afluencia de visitantes extranjeros no ha sido suficiente para compensar la disminución de la demanda de los esquiadores locales provocada por el envejecimiento de una población que no esquía tanto y que también viaja menos. Y las décadas de deflación y ralentización de la economía no han ayudado a los centros turísticos o al sector de los accesorios de esquí.
Este invierno la causa adicional ha sido la falta de nieve. La temperatura promedio en el este de Japón en diciembre fue 1.9 grados más alta que la temperatura media para el periodo entre 1981 y 2010, registrando un récord para el mes.
‘El Niño superpoderoso’.
El clima impropio de la estación para algunos meteorólogos estadounidenses se debe a “El Niño superpoderoso”. En agosto, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) predijo que en 2015 El Niño podría ser uno de los más fuertes desde por lo menos 1950. Un patrón de El Niño, el prolongado calentamiento de la temperatura de la superficie del mar en el Océano Pacífico, por lo general provoca un clima más fresco en verano y temperaturas más cálidas en invierno en Japón.
Un economista dice que hay una correlación entre el clima a que da lugar El Niño y el gasto de consumo.
Número de visitantes.
El sector turístico de Gunma ha sentido las consecuencias este invierno. El número de visitantes a los centros de esquí de la zona, entre el 29 de diciembre y el 3 de enero, cayó a una mínima histórica de 166,233, según un informe publicado por el gobierno de la prefectura de Gunma.
Hokari dijo que el centro de Oana planea volver a abrir las telesillas el martes. La falta de nieve hizo que el centro las clausurara a partir del 1° de enero.
“No hago más que orar por que haya nieve”, dijo el 14 de enero Hokari. “Minakami se ve apagado sin turistas en las calles comerciales cercanas a la estación”.