Bajo el titular “Las entrevistas que no debimos publicar”, el diario La Tercera reconoció que una de sus corresponsales, la periodista chilena Ximena Marin Lezaeta, es acusada de inventar conversaciones “exclusivas” con el ex mandatario colombiano Álvaro Uribe y el expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero.

En las entrevistas bajo el título “En Venezuela el diálogo ha existido, existe y existirá”, el ex jefe de gobierno de España, se explayaba en su misión como mediador en el conflicto que sufre ese país. Su contenido fue replicado por agencias internacionales el mismo día en que Zapatero estaba en Venezuela. Sin embargo, la entrevista publicada nunca se realizó.

Alertados sobre la entrevista inexistente por el jefe de gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, José Miguel Vidal, el subeditor de Mundo de La Tercera, Pedro Schwarze, contactó la noche del lunes a Ximena Marín, quien aseguró que la entrevista se había realizado. Schwarze le pidió los audios como respaldo y Marín prometió buscarlos, los que hasta ahora no han llegado.

Incluso, en el texto de La Tercera se puede leer. “Costó conseguirla, porque R. Zapatero desea estar en silencio, debe tener mucha cautela, porque la situación está compleja”, aludiendo a su misión en Venezuela.

Por su parte, el medio de comunicación revisó los anteriores trabajos enviados por la periodista chilena, detectando diversas irregularidades en el correcto ejercicio de la profesión como la selección de intervenciones públicas de dirigentes políticos españoles y la posterior conversión en entrevistas; recojo de citas de ruedas de prensa y presentación como conversaciones exclusivas. Así mismo, utilizó entrevistas radiales sin citarlas e incluso construyó supuestas entrevistas con declaraciones de terceras personas.

Finalmente, La Tercera emitió las disculpas del caso y se comprometió a retirar de su página web todos los artículos firmados por Ximena Marín Lezaeta, contra quien se ejercerá las acciones que sus asesores legales resuelvan y quien desde el lunes pasado dejó de colaborar con el diario. Además, se comprometieron a reforzarse para mejorar los mecanismos internos de control.

“La Tercera ofrece disculpas públicas a nuestros lectores por no haber detectado a tiempo una mala práctica que daña el trabajo de decenas de profesionales que integran este diario. También nos disculpamos con las personas a las que atribuimos entrevistas que nunca fueron realizadas y a los medios que, como Cambio 16, fueron afectados por el mal uso que Marín hizo de su material periodístico .”, finaliza la nota.