Los postres son apetecidos por millones de personas, pero solo pocas pueden darse el lujo de probar los suculentos bocadillos que incoporan ingredientes extravagantes y que debido a ello ostentan costos altísimos.
¿Acaso tienen oro y, por eso, cuestan tanto?, se preguntara usted. La respuesta, para su sorpresa, es sí. Estas preparaciones incluyen oro comestible y, en algunos casos, piedras preciosas a modo de adorno.
El helado Three Twins del Kilimanjaro lidera la lista. Debe consumirse en el monte del mismo nombre. Alcanza los US$ 60 mil, por lo que la cifra considera boleto en primera clase a Tanzania, estadía en un hotel de cinco estrellas y escalada, junto a un guía, al pico más alto del continente africano. El postre es, además, excéntrico porque está elaborado con hielo de los glaciares de dicha cumbre.
Se estima que los glaciares de la montaña desaparecerán en unos diez o quince años por el efecto del cambio climático, de manera que la compra del helado del Kilimanjaro ayudaría a crear consciencia sobre lo que está ocurriendo e implicaría una contribución (de cinco cifras) al medio ambiente africano.
Luego se encuentra un pudín de chocolate, cuyo costo llega a los US$ 34 mil. Está elaborado con chocolate oscuro, capas de galleta Biscuit Jaconde, gelatina de champaña y glaseado de oro comestible. Como por si fuera poco, viene decorado con dos diamantes blancos.
El postre italiano Canolli también figura en la selecta clasificación al ostentar un costo de US$ 26 mil. Está hecho con chocolate oscuro y relleno de queso ricotta batido y limón caramelizado. La pieza incorpora un toque extra: está envuelta en oro comestible y luce un collar de diamantes del joyero Tom Tivol, según portales especializados.
El Frozen Haute Chocolate, de US$ 25 mil, incluye más de 28 cacaos que han sido importados de distintos rincones del mundo; pero su precio obedece más que nada a los 5 gramos de oro de 23 quilates comestibles. El helado viene con una cuchara de oro y diamantes blancos pintados color chocolate. Una delicada pieza que puede llevarse a casa.
El postre más “barato” es el Fortress Stilt Fisherman Indulgence de US$ 14,500. Es una casata italiana elaborada con una base de champaña, oro comestible, crema irlandesa, mango y granada. Está adornada con una piedra aguamarina de 80 quilates que se posa sobre una pequeña escultura de chocolate.