Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

He visto el Mini 5 puertas desde hace varios meses. Y si al principio choca y parece como si a un Mini clásic (el de tres puertas) se le hubiera estirado quedando más achatado, al verlo más constantemente, la sensación es distinta. Primero porque sigue siendo un vehículo proporcionado. No se ha estirado sin más. El Mini 5 puertas mide 3,98 metros, 16 centímetros más que el Mini Clásico. Este crecimiento se reparte en 7 centímetros más de batalla (hasta los 2,567 metros) y el resto en el voladizo posterior.

¿Dónde gana longitud?
Los siete centímetros unidos a la menor longitud de las puertas delanteras permiten incrustar las dos puertas traseras. No son enormes, pero sí suficientes. Durante la prueba, han entrado en este Mini personas de 20 a 70 años con diferentes alturas y grados de movilidad. Ninguna se ha quejado de que sea incómodo el acceso pero sí de que la puerta se podría tener un mayor grado de apertura. Y, muchas de ellas, por costumbre, pretendían entrar por la puerta delantera desplazando el asiento del copiloto.

El espacio en las plazas traseras es suficiente. Personas de hasta 1,80 metros pueden realizar un viaje con relativa comodidad, siempre y cuando delante no vayan otras más altas. No deja de ser un Mini, un vehículo de cuatro metros.

Cinco ocupantes
A diferencia del Mini Clásico, homologado para 4 personas, en el Mini 5 puertas se puede transportar a un ‘quinto elemento’. Ahora bien, el espacio para la plaza central trasera es pequeño y resulta incómodo para un adulto. Un adolescente no muy alto ni voluminoso, sí. En definitiva, aunque esté homologado para cinco personas, sólo cuatro adultos viajan con comodidad, algo que ocurre en todos los vehículos de 4 metros de longitud como el Seat Ibiza, VW Polo, Peugeot 208, Renault Clio, Ford Fiesta, entre otros.

También crece el maletero en el Mini 5 puertas que llega hasta los 278 litros, 67 más que el Mini Clásico. Es una capacidad menor que la de los pequeños utilitarios de las marcas más generalistas como el Renault Clio (300 litros), Seat Ibiza (292 litros), Ford Fiesta (290 litros) Opel Corsa (285 litros) o VW Polo (280 litros).

Sus formas son muy regulares y tiene una bandeja para separar carga que deja un hueco de pequeña altura. Durante la prueba hemos metido una maleta pequeña de viaje para una semana, dos cajas del tamaño de las jaulas de fruta y una mochila, con lo que lo hemos llenado. Un portatrajes adicional lo hemos puesto en las plazas traseras.

Delante, puro Mini
El puesto de conducción es Mini 100%. Es idéntico al del Mini Clásico del que ya hablamos aquí. Sólo reiteraremos que nos parece un acierto que los elevalunas estén en las puertas donde el resto de modelos y que el cuentarrevoluciones y el velocímetro también estén detrás del volante. Por tener las cosas en su sitio no deja de ser un Mini.

Nos ha costado adaptarnos a los asientos deportivos porque sus ajustes lumbares ‘aprietan’ más de lo normal. Una vez acostumbrados, hemos de decir que luego los hemos echado de menos.

La pantalla de 8,8 pulgadas del centro se divisa bien en cualquier circunstancia de luz y reflejo. Se maneja a través de una rueda situada detrás de la palanca de cambios y sobre su superficie se pueden dibujar letras y números con el dedo. Es un sistema similar al de BMW, Audi o Mercedes.

Al volante, buenas sensaciones
La versión probada es la Cooper SD. Es una mecánica de cuatro cilindros diésel que da 170 caballos de potencia y, en nuestro caso, asociado a un cambio automático de seis velocidades y, por supuesto, a la tracción delantera.

Nos ha sorprendido que apenas hemos notado diferencias de comportamiento con la versión probada del Cooper SD del Mini Clásico a pesar de ser más largo.

Sí nos ha causado buena impresión la amortiguación. No es la más cómoda del mercado, de lo contrario no sería un Mini, pero sí nos hemos bajado del vehículo después de cuatro horas conduciendo sin estar doloridos.

Por otra parte, y sobrado de potencia, el Mini 5 puertas con esta combinación mecánica permite ir muy alegre en zonas de curvas. El conductor se puede divertir cambiando de marchas por sí mismo y disfrutando de las reacciones algo nerviosas del Mini.

Cuenta con una dirección precisa y con un chasis que ofrece un buen aplomo y apoya bien en los cambios bruscos de dirección.

Tanto a esta última circunstancia como al mayor confort de suspensiones ayuda la posibilidad de elegir entre los modos de conducción Green (eficiente), Normal o Mid y Sport.

La estabilidad y la sensación de seguridad del Mini 5 puertas es elevada. Durante la prueba circulamos por autovía durante 150 kilómetros con una niebla muy densa, el asfalto mojado y a temperaturas entre 1º y -2º, y este Mini nos permitió circular de forma alegre, sin sustos y con buena capacidad de frenada, gracias también a los neumáticos nuevos Pirelli PZero de 17 pulgadas.
Al mismo tiempo la iluminación de las luces antiniebla es suficiente. Y con los 170 caballos se pueden realizar adelantamientos con solvencia.

Consumo
Mini homologa un consumo de 4,1 litros. Si con el Mini Cooper SD Clásico conseguimos un promedio de 5,5 litros, en esta ocasión no hemos bajado de 6,3 litros en ciclo combinado. Eso sí toda la prueba del Mini 5 puertas se hizo en malas condiciones climáticas y con temperaturas muy bajas.

Ahora bien, los más de 500 kilómetros de autovía que realizamos, los hicimos en el modo Green, que es el más eficiente y sin dar acelerones bruscos y no conseguimos bajar de 5,9 litros.

Precio
En este sentido, el Mini de 5 puertas también es un Mini. La versión probada parte de un precio de USD$ 34 dólares. El Mini Clásico Cooper SD de tres puertas parte de un precio de USD$ 32 dólares. Es decir las dos puertas adicionales suponen un sobrecoste de más de mil dólares

El precio del Mini 5 puertas Cooper SD se incrementa con los opcionales de manera considerable. La unidad de pruebas contaba con el Driving Assistant (USD$ 11 mil dólares) que incluye el control de crucero adaptativo, el reconocimiento de señales de tráfico, el aviso de colisión y de la presencia de personas y el asistente de luz en carretera.

También contaba con el Párking Assistant con cámara de visión trasera (USD$1 360 dólares), los faros LED ampliados (USD$ 1,120), el acceso sin llave (USD$ 350 dólares), la calefacción en los asientos (USD$ 350 dólares), o el paquete que Mini denomina Chili (USD$ 1,450 dólares) que incluye los intermitentes blancos, los modos de conducción Green y Sport, las luces automáticas, el sensor de lluvia, la tapicería en cuero y tela y la iluminación exterior de las manetas de las puertas.

Sin olvidar las llantas blancas de 17 pulgadas (USD$ 1,350 dólares) o el Navegador con la pantalla de 8,8 pulgadas, la conexión a Internet y el equipo multimedia por USD$ 2,243 dólares más. Con estos elementos, el precio de la unidad de pruebas asciende a USD$ 44,300 dólares.