Bloomberg.- El sentido agudo de Nikolai Sobolev para saber lo que está en la mente de su joven audiencia ha hecho de su videoblog, cargado de improperios, uno de los más populares de Rusia. Pero después de una oferta constante de temas como la angustia adolescente, el joven de 23 años encontró un nuevo foco que cobraba interés esta primavera: el activismo de la oposición.
“¿Se ha dado cuenta de que cuanto más se acercan las elecciones presidenciales, más política hay en YouTube?”, preguntó, en la apertura de una reciente publicación en vídeo en el cual se refería con simpatía a Alexey Navalny, opositor del Kremlin.
Sobolev y el resto de su generación no han conocido ningún otro líder que Vladimir Putin. Los 15 millones de rusos de entre 15 y 24 años son cada vez más capaces de encontrar su propia voz política, y no son tan leales. La multitud de menos de 25 años ha asistido en grandes números por primera vez a las protestas anti-Putin en los últimos meses, convirtiéndolas en las mayores manifestaciones en cinco años.
“No puedo ignorar esto porque estoy con ustedes”, dijo Sobolev en un vídeo publicado en YouTube, después de las primeras protestas en marzo, que recibieron casi 2,5 millones de visitas. Acusó a las autoridades de ignorar las preocupaciones de los manifestantes en su último blog después de una segunda ola de manifestaciones el 12 de junio.
Para el Kremlin, la creciente agitación entre los rusos que dentro de nueve meses tendrán edad suficiente para votar en sus primeras elecciones presidenciales es un dolor de cabeza adicional cuando el líder de 64 años busca ampliar su mandato de casi veinte años. Los índices de aprobación de Putin siguen siendo altísimos, pero a sus asesores políticos les preocupa que pueda tener problemas para conseguir la victoria cómoda y la alta participación que el Kremlin está buscando para consolidar su control durante otro período de seis años, según las personas que participan en la labor.
Muchos jóvenes están menos apegados al modelo de Putin que el resto de la población, habiendo pasado sus vidas en un período de relativa prosperidad sin mayores trastornos, a diferencia de las experiencias a menudo desgarradoras de sus padres en la década de los 1990, según encuestadores.
“Los jóvenes están menos preocupados por la estabilidad y más interesados en el cambio”, dijo Alexei Grazhdankin, subdirector de la firma encuestadora Levada Center en Moscú.
Una encuesta de más de 6,000 estudiantes publicada en mayo por la Alta Escuela de Ciencias Económicas mostró que hasta dos tercios no confían en los políticos y otros funcionarios. Destacan la corrupción —tema clave de las protestas de este año— como el principal problema de Rusia.
El monopolio del Kremlin sobre la televisión —de donde la mayoría de los rusos más viejos reciben sus noticias— es de poca ayuda con una generación para la cual YouTube es la fuente de información por excelencia. El líder de la oposición, Navalny, ha registrado un aumento marcado en el tráfico de sus vídeos en línea exponiendo la presunta corrupción oficial, a pesar de ser ignorado por la televisión.