¿Cómo hacer un circo y no morir en el intento? La Tarumba tiene su propia receta. Este año acaba de cumplir 33 años, y Estela Paredes, una de las fundadoras de la asociación cultural, junto a Fernando Zevallos, recuerda que no fue fácil, y aún no lo es, pues cada día deben enfrentar el reto de permanecer.
“Nos planteamos construir una estructura que nos haga como a las empresas caminar adelante y en esta gestión dual nos permitimos diferenciar bien cuál es el objetivo de La Tarumba”. ¿Y cuál es? “Producir símbolos que permitan el desarrollo de la identidad y no perderlos de vista”, responde Paredes, directora de Gestión y Desarrollo.
Es así que para llegar a la sostenibilidad producen servicios como las clases que brindan en verano e invierno para captar recursos y así subvencionar los programas sociales y culturales (ver otrosí digo).
Pero para llegar a ese punto, tuvo que pasar cierto tiempo. Fue a los cinco años de creada La Tarumba. La asociación cultural fue fundada en 1984 en un contexto político y social muy duro.
“En el año 1990 empieza el Gobierno autoritario y nos dimos cuenta de que la cosa iba a ser peor y que deberíamos plantearnos cómo íbamos a caminar”, recuerda Paredes.
“Para lograrlo, decidimos tomar riesgos como el equilibrista, vamos a ser perseverantes como el malabarista, vamos a crear historia con finales productivos, buenos canales de comunicación con sectores clave como el Gobierno y la empresa”, detalla la creativa.
La carpa crece
En junio de cada año, se despliega la carpa de La Tarumba, que alberga a poco más de 900 personas y logran llenarla.
El 60% del aforo corresponde a familias que retornan todos los años, detalla Maricel Sighuas, subdirectora de Desarrollo Comercial.
“Estamos en un país que ha empezado a crecer en términos de público. El consumidor en todas sus dimensiones es más exigente porque está más informado, y la cultura no es ajena a ello”, refiere Sighuas.
¿Y por qué la gente elige al circo? “El circo tiene la magia de que si te caes no pasa nada, lo puedes volver a intentar. El circo puede dar ese mundo mágico en el que se abre un sinfín de posibilidades”, anota.
Desde sus orígenes, La Tarumba lleva su espectáculo al interior del país. Un año van al norte y al siguiente al sur, pero su mirada se dirige también hacia la internacionalización.
Si bien ya salen fuera del país, su objetivo es ir con la carpa y llevar toda la experiencia. Ya hay interés de Chile, Ecuador y Colombia, comentan.
Eso sí, Paredes señala que actúan de manera cautelosa. Pues no solo presentan el espectáculo como un producto de entretenimiento, ya que el concepto es presentar la cultura peruana.
“Cuando estamos dentro del Perú buscamos desarrollar la identidad. Queremos que el espectador salga y se sienta orgulloso de ser peruano”.