El Mundo de Venezuela
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
Una de cada diez personas casadas piensa que su cónyuge es un acosador financiero, según una encuesta reciente de CreditKarma.com, que reseña CNN Expansión y que dio pie para identificar cuatro conductas de “acoso financiero” entre parejas.
El acoso o bullying financiero, se parece mucho al adolescente o en línea o laboral y “es cuando una persona en una posición de poder intimida a otra persona para que haga lo que ella quiere”.
En su reporte CNN Expansión cita a la terapeuta de parejas Argie J. Allen, doctora y directora de Capacitación Clínica del Departamento de Terapia de Pareja y Familiar de la Universidad de Drexel.
“El acoso financiero está relacionado con el poder y con el control. Así que, uno de los cónyuges puede ser particularmente dictatorial, y acosador, sobre cómo el otro maneja el dinero. También es un signo de problemas a futuro. Entre menos libertad financiera tiene una persona, más vulnerable está en la relación”, indica Allen.
Éstos son cuatro de los comportamientos de acoso más comunes, y algunos consejos sobre cómo afrontarlos:
1. Me hace sentir culpable por mis hábitos de compra
Primero, considere si tiene o no una razón por la cual sentirse “culpable”. Ya sea que esté comprando comida para su familia, o regalos para las personas en su lista de regalos de Navidad, saber qué va a comprar de manera inteligente, sin exceder los límites y manteniéndose dentro del presupuesto de la familia, puede ayudar a eliminar la capacidad de un acosador para hacerle sentir culpable.
Pida al acosador que cambie roles durante una semana, pedir a alguien que nunca compra comestibles o ropa para los niños que haga las compras abrirá sus ojos a lo caro que puede ser.
Si, por el contrario, sus compras están obstaculizando la capacidad de la familia para pagar sus otras cuentas o para ahorrar, lo más probable es que ya se sienta culpable y que el acosador sólo esté añadiendo presión.
Comience a registrar sus gastos de forma independiente para ver dónde puede hacer recortes.
2. Limita mis gastos mensuales
Esto a menudo se manifiesta cuando se espera que una parte pague todas las facturas del hogar, o de los hijos, y se queda sin dinero discrecional para sus gastos propios.
Una pareja debe tener un consenso sobre cómo se gasta el dinero que ingresa, cuánto se gasta en transporte, vivienda, alimentación, etc.
El propósito de hacer esto es que quede suficiente cada mes para ahorrar, y para que cada persona tenga algún “dinero libre” para gastar, dice Allen.
Si no puede encontrar la manera de cubrir todos estos gastos básicos por su cuenta, un asesor financiero le puede ayudar a determinar un presupuesto viable.
3. Hace que le muestre los recibos de todas las compras
Esto está relacionado con “falta de confianza”, así como con poder y control, dice Allen.
También establece una dinámica padre/hijo entre la pareja, la cual no es saludable entre dos adultos. En la mayoría de los casos, dice, este comportamiento es un síntoma de problemas más grandes que necesitan ser abordados.
“La terapia de pareja es definitivamente necesaria para llegar a la raíz del problema”, manifiesta.
4. Me impide tener tarjetas de crédito
Si la mala gestión del crédito ha sido un problema en el pasado, debe ser abordado y resuelto. Pero no debe evitar que uno de los cónyuges tenga voz y voto en la vida financiera general de la familia.
Algo más preocupante: otras investigaciones han demostrado que entre más frecuentes sean las peleas de una pareja por dinero, más probabilidades tiene de divorciarse.
Tratar de conseguir crédito después del divorcio sin un historial crediticio es muy difícil.
En conclusión: mantener secretos financieros a un cónyuge no es la mejor idea; pero nadie puede impedir que solicite una tarjeta de crédito por su cuenta.
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