¿Por qué ahorrar para tus próximas vacaciones?

Especial TU DINERO. Hay que cambiar el paradigma que tenemos de comprar hoy y pagar después. Muchas familias saldrán de vacaciones a mitad de año desafortunadamente la gran mayoría de ellas tendrá que recurrir a las deudas para sufragarlas.

Se acerca el término del ciclo escolar y el inicio de las vacaciones de medio año. Muchas familias aprovechan para viajar con los hijos y visitar alguna ciudad. Desafortunadamente la gran mayoría de ellas tendrá que recurrir a las deudas para sufragarlas.

¿Por qué sucede esto? Por no prepararnos. es necesario revisar las finanzas personales. Dejamos que nos agarren por sorpresa aun cuando sabemos que todos los años es lo mismo. Me ha tocado ver gente que aprovecha planes con cómodas mensualidades —en ocasiones hasta 18 meses—, por lo cual un año después de disfrutarlas, todavía no termina de pagarlas. Y se vienen otras…

¿Realmente no hay otra manera? Desde luego que la hay y para eso también sirven las finanzas personales. Para planearlas y ahorrar, de tal manera que cuando llegue el momento podamos pagarlas de contado. ¿Cómo? Cambiando el paradigma que tenemos de comprar hoy y pagar después. Lo que tenemos que hacer es precisamente lo contrario: pagar hoy y comprar después. Esto significa: ahorrar.

Los gastos irregulares en nuestro presupuesto

Hay muchísimos gastos irregulares: la inscripción de los niños a la escuela, el impuesto predial, las navidades y las vacaciones familiares, entre varios otros. Sabemos que van a suceder, pero siempre nos agarran por sorpresa. Esto se da porque no nos tomamos la molestia de contemplarlos en nuestro presupuesto.

Debemos separar mes a mes en nuestro presupuesto, una cantidad para esos gastos menos frecuentes, pero que sabemos que vendrán. Suelen ser gastos fuertes, por eso no suceden todos los meses. Es más sencillo que en lugar de enfrentar un monto grande cuando éstos llegan, nos acostumbremos a separar un monto pequeño, mucho más manejable, cada mes.

Si hoy en día estamos endeudados y estamos pagando cosas que ya disfrutamos, tendremos ya esos compromisos y nos será difícil. Seguramente estamos apretados de dinero, por todo eso. Entonces, lo primero que tendremos que hacer es pagar esas deudas y una vez sufragadas, empezar a separar exactamente la misma cantidad que ya de por sí estábamos pagando.

Eso puede significar tener, quizá, que posponerlas un poco este año. Apretarse el cinturón un poco más para salir de este círculo vicioso y convertirlo en uno virtuoso. Lograr cambiar ese sentimiento de que tenemos el agua hasta el cuello, que todo lo debemos, por un sentimiento de libertad en donde si queremos hacer algo —como tomarnos unas vacaciones— tendremos ya el dinero en mano para pagarlas.

Eso mismo podemos hacer, por ejemplo, para el coche. Cuando terminamos de pagar el crédito automotriz podemos seguir pagando esa misma cantidad para cuando haya que reemplazarlo. Si cuidamos bien el automóvil y logramos que nos dure varios años más, podremos pagar el siguiente de contado.

¿Cuánto gastas en intereses por deudas?

Muy pocas personas se ponen a ver (a sumar) la cantidad de intereses que pagan por todo: desde las tarjetas de crédito, hasta préstamo prendario, el de auto o el crédito hipotecario. Pero es una cantidad fuertísima; mucha gente a lo largo de su vida termina pagando, en puros intereses, más de lo que vale una casa. Si ahorrara e invirtiera ese dinero – nada más esa cantidad, en muchos casos podría tener un retiro no sólo digno, sino con un patrimonio consolidado.

Así que te propongo un ejercicio: saca tus estados de cuenta de todos tus créditos del último año y suma la cantidad. ¿Cuánto es? ¿A cuánto equivale? ¿A una quincena? ¿Un mes de sueldo? ¿Más que eso?

Todo por comprar hoy y pagar después en lugar de hacer precisamente lo contrario.

¿Qué pasaría si esa cantidad que tiramos de esa manera todos los años, la invirtíeramos en el largo plazo? Si haces el ejercicio a 30 años, por ejemplo, con un rendimiento real de 5% anual que es perfectamente alcanzable en ese horizonte, te aseguro que sería un patrimonio importante.

Diario El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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