Los fondos mutuos son la forma más sencilla para que una persona de a pie empiece a incursionar en el mercado de capitales. Una de las claves a la hora de decidirse por este instrumento de inversión es determinar el tiempo que uno piensa quedarse en dicho producto.
Paul Zevallos, jefe de inversiones de Diviso Fondos, nos da algunos tips para elegir el plazo de nuestra inversión.
Primero, hay que tener en cuenta que la denominación o etiqueta que tenga un fondo mutuo (de muy corto, corto o mediano plazo, entre otros), no necesariamente está relacionado con el tiempo de permanencia de la persona en el producto.
En un fondo mutuo, el plazo mínimo de permanencia suele ser de uno a tres días, que es el tiempo mínimo que uno debo estar desde que hace su primer aporte. Si bien retirar el dinero en tan corto tiempo signficará no ganar intereses significativos, la gran ventaja es obtener liquidez de forma inmediata.
La gran mayoría de fondos mutuos permiten enviar la solicitud de rescate y al día siguiente disponer de ese dinero.
¿Cómo elegir?
Dos variables que el inversionista tiene que considerar para determinar el plazo de permanencia en el fondo son el riesgo que está dispuesto a asumir y el objetivo de su inversión.
Por ejemplo, si el objetivo de inversión es destinar el dinero a gasto corriente, como pago de pensión de colegio u otros pagos esporádicos, el plazo de inversión tiene que ser corto. El consejo, en esta situación, será tomar un fondo de muy poco riesgo y baja volatilidad (como fondos que invierten en renta fija) porque el dinero se podrá disponer con cierta frecuencia.
Por el contrario, si con ese dinero se pretende comprar en el futuro un bien inmueble o pagar los estudios universitarios de los hijos, que son inversiones de más largo plazo, esto sí podría llevar a que se decida permanecer más tiempo en un fondo mutuo, y, por tanto, se pueda tolerar un mayor nivel de riesgo.
Sin embargo, igual es importante considerar la tolerancia a nivel emocional que tenga cada uno sobre el riesgo.
Opciones
Si uno quiere u observa la posibilidad de invertir en un fondo de renta variable (acciones). Este, por los niveles de volatilidad y por el retorno que es superior, obliga a pensar en periodos de inversión que van más allá de los dos años. Ello implica periodos que pueden llegar hasta cinco años, justamente porque hay correspondencia con la mayor volatilidad que presenta este tipo de inversiones.
Otra opción es invertir por un tiempo prolongado en un fondo de corto plazo o muy corto plazo. Esta alternativa es recomendada para personas que tengan un horizonte de inversión de tres, cuatro o cinco años, pero quizás sean adversas al riesgo y no toleran ver muchas fluctuaciones en sus inversiones.
Entonces, podría optar por un horizonte de inversión igual a un plazo largo pero con la comodidad de tener una baja volatilidad.