Muchas veces me preguntan si es bueno invertir en tal o cual institución financiera. Si deben confiar en ellos o no.
La respuesta no es sencilla pues depende de muchas cosas, no sólo de la institución, sino del tipo de producto (si es de deuda o renta variable o un portafolio diversificado) y de las necesidades individuales.
Es malo invertir en un pagaré a 28 días, en el banco mejor capitalizado del mundo, nuestro ahorro para el retiro. ¿Por qué? Simplemente porque el rendimiento será menor a la inflación, por lo que perderá poder adquisitivo en el tiempo.
El dinero podrá estar muy seguro ahí, tener rendimiento fijo, pero, como es menor a la inflación, aunque no lo parezca estamos perdiendo.
Es malo invertir todo nuestro patrimonio en una caja de ahorro, aunque nos prometa una tasa fija muy por arriba del mercado, porque es un modelo no sostenible en el largo plazo. No hay abrigo por parte del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) en caso de que dicha institución quiebre, puede haber un seguro de depósito cuyo monto es bastante bajo, como sucedió con los que ahorraron en Ficrea.
¿Una operadora de fondos de inversión? La figura es muy distinta. Recordemos que lo que hace un banco o una caja de ahorro es captar dinero de la gente y prestarlo a otras personas a través de créditos.
Si no está bien administrado o mucha gente deja de pagar, existe un claro riesgo. El IPAB o el seguro de depósitos sirven para dar una protección a la gente en estos casos.
Una operadora de fondos de inversión, por ejemplo, no presta dinero, sólo administra el portafolio de acuerdo con las características, objetivos de inversión y parámetros de cada fondo. Entonces no se corre el mismo riesgo: es muy diferente a un banco o una caja de ahorros. Por eso uno tiene que saber cómo se maneja el fondo, en qué invierte el dinero y si eso es adecuado a nuestras necesidades.
Lo mismo en una casa de Bolsa: a través de ella podemos comprar y vender acciones de empresas o también instrumentos del mercado de dinero. Son sólo un intermediario: nosotros somos dueños de los bonos y acciones que compramos y dependerá de nosotros crear un portafolio diversificado (algunas ofrecen asesoría en creación de portafolios).
Entonces, cuando me preguntan si es seguro invertir en esta institución financiera, trato de ofrecer un poquito de educación financiera. Poner las cosas en contexto. ¿Es seguro invertir en esta operadora de fondos? Depende de si el fondo o portafolio de fondos de inversión que elijas son adecuados a tus necesidades.
Es más, una operadora tiene fondos que han tenido un muy buen desempeño y otros que no tanto. La clave está más en seleccionar el portafolio de inversión acorde con nuestras necesidades, por lo que la operadora o distribuidora vendrán en segundo término.
La gente piensa que invertir en Bolsa —en acciones— es muy riesgoso, pero en realidad no lo es tanto. Para mí es la única forma de crear un patrimonio (se puede hacer de manera directa o a través de fondos).
Los más ricos del mundo son dueños de empresas, son accionistas, generadores de negocio. Así han creado su fortuna.
Cuando compramos una acción de una empresa estamos siendo socios de esas personas, estamos participando en ese negocio y dependerá del desempeño de esa firma en el largo plazo si nos va bien o mal.
Si es una buena empresa y crece todos los años, nuestro dinero también lo hará; si entra en crisis, pues, seguiremos la misma suerte.
Por eso es importante saber en qué empresas estamos invirtiendo y tener una visión de largo plazo, porque los planes de negocio maduran con el tiempo.
De ahí la importancia de saber si el precio de una acción en el mercado refleja el valor justo, si una empresa está cara o barata y cuáles son sus perspectivas, para tomar una decisión adecuada.
Y, como siempre, es preciso diversificar, no poner todo nuestro dinero en un solo jugador, debido a que el riesgo de hacerlo puede ser muy alto.
Es muy importante entender que el peor riesgo que podemos tomar es invertir en algo que no conocemos. En un producto que no sabemos cómo funciona.
Ahí es cuando vienen las sorpresas desagradables. Por eso es importante adquirir un poco de educación financiera; no es difícil, pero sí crucial para construir un patrimonio con el tiempo.
El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)