Diario El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

No cabe duda de que el entorno laboral ha cambiado mucho. La seguridad en el trabajo ya no es lo que era antes. Los recortes corporativos han tocado incluso a los trabajadores más talentosos y mejor capacitados. Por otro lado, es una realidad el hecho de que la carrera laboral es cada día más dinámica.

Un individuo con ambiciones tiene que escalar posiciones de forma muy rápida, si quiere llegar a puestos de alto nivel, que suelen ser ocupados por personas unos cuantos años mayores que él. Esto en ocasiones hace difícil que las personas puedan estar periodos largos en una empresa —como se podía hacer en otros tiempos—y las obliga a mudarse de trabajo con cierta frecuencia.

Debido a lo anterior, los cambios de trabajo son ya una constante en nuestra vida. Hay que estar preparados para lo que se presente Ya sea por elección propia o por necesidad, es importante estar preparados para cuando se presente la necesidad de un cambio de trabajo.

Por ello, a continuación damos los siguientes consejos:

• Estructurar nuestras finanzas personales, de tal forma que podamos hacer frente a una pérdida de ingresos. Gastar menos de lo que uno gana siempre tiene sentido financiero, especialmente si hemos podido convertirlo en un hábito.

Esto es aún más importante cuando vislumbramos un cambio de actividad. Muchas personas ven un estilo de vida disciplinado como si fuese restrictivo y sumamente difícil; sin embargo, para evitar grandes problemas debemos entender que la realidad es que en esas ocasiones dicha disciplina nos puede dar más libertad para hacer lo que queremos hacer a corto, mediano y largo plazo.

• Contar siempre con un fondo de emergencias. En esta columna hemos hablado muchas veces de dos formas principales para hacer frente a contingencias que pueden afectar a nuestro patrimonio: los seguros y el fondo de emergencias, que debe contener entre tres y seis meses de nuestro gasto corriente. Ante un evento que involucre una pérdida de ingresos, el contar con un respaldo nos permitirá gozar de la tranquilidad necesaria para tomar la mejor decisión.

• Ante una pérdida de empleo, cortar nuestros gastos lo más posible. Si la relación laboral lo dejo desempleado es importantísimo recortar todos nuestros gastos al máximo, (cancelar televisión de paga, suscripciones automáticas, vacaciones, diversiones, celulares, etcétera), y alargar en lo posible el dinero con el que contamos hasta volver a contar con una fuente estable de ingresos.

Paradójicamente, muchas personas hacen lo contrario: gastan ese ingreso extraordinario en poco tiempo, y luego sufren al no poder encontrar rápidamente un empleo con una remuneración similar a la que tenían anteriormente.

Para ilustrar lo anterior, quiero compartirles un caso real:
“La pérdida de empleo del sostén económico en una pareja con un hijo pequeño y una hipoteca con mensualidades de us$1,800 . En lugar de cortar gastos al máximo, adelantar pagos de su casa y anunciarla en venta (por si acaso no podían encontrar rápidamente otro empleo de ese nivel), utilizaron su liquidación para comprar una nuevo automóvil de contado. Por varios meses sufrieron mucho, incluso para alimentar a su pequeño, teniendo que recurrir a préstamos familiares para comprar comida y pagar sus cuentas. Préstamos que aún no terminan de pagar.”

Evaluar las consecuencias financieras de un cambio de ciudad. En ocasiones los ofrecimientos económicos involucran el que nos tengamos que cambiar a otra ciudad.

Uno no puede simplemente analizar el salario y los beneficios que le ofrecen, sino también los costos del cambio. Adicionalmente, es necesario que comparemos el costo de la vida en ambas áreas; y debemos tomar en cuenta aspectos personales, como la opinión de la familia, nuestras aficiones, etcétera.