Por: Aldo Ferrini
Para muchos peruanos, la cuenta individual que mantenemos en nuestro fondo de pensiones representa o representará en el futuro (depende de cuánto tiempo llevemos aportando) uno de los principales componentes de nuestro ahorro. Las decisiones que tomemos hoy respecto a este fondo tienen impacto a largo plazo y es nuestra responsabilidad exigir información para mantenernos constantemente informados.
Yo trabajo en una AFP hace más de 15 años y el próximo cambio de esquema de comisiones es uno de los más relevantes que ha habido desde el inicio del sistema. La elección de tipo de comisión no es sencilla y merece hacerse de manera responsable. Yo ya decidí.
Lo primero que me quedó claro es que, sobre los fondos que tengo acumulados a la fecha, no se cobrará ninguna comisión. La segunda conclusión a la que llegué es que no existe un cálculo exacto respecto a cuál es el tipo de comisión que más me conviene en el largo plazo, 25 años en mi caso. Como se ha dicho en múltiples publicaciones, existen hasta más de quince variables (algunas muy poco relevantes) que afectarán este cálculo.
Las calculadoras solo nos ayudarán brindándonos más información para la toma de la decisión. Por lo tanto, para tomar la mía, escogí enfocarme en aquellas variables que creo son las más relevantes en mi cálculo: rentabilidad, frecuencia de cotizaciones y tiempo.
La rentabilidad solo tiene impacto en el esquema mixto ya que, en el esquema en base a la remuneración, la rentabilidad generada por las AFP no afecta la comisión que pago. En el esquema mixto, se cobrará por el fondo que se acumule desde marzo del 2013 y, mientras más rinda este fondo, mayor será mi saldo y, por lo tanto, la comisión se aplicará sobre una base mayor. Es decir, a mayor rentabilidad, mayor comisión. Esto alinea los intereses de la AFP con los del afiliado.
La frecuencia de cotización se refiere al número de aportes mensuales durante mi vida laboral. Es decir, qué porcentaje de meses tendré empleo formal hasta el día que me jubile. En la comisión por remuneración, pagaré por cada mes que tenga empleo. En la comisión por saldos, pagaré todos los meses sobre mi fondo acumulado, que se alimenta de mis aportes mensuales y la rentabilidad obtenida. En mi caso, a mayor frecuencia de cotización menos atractivo resulta el cambio a comisión por saldo.
Finalmente, el tiempo es relevante para aquellos que tenemos ya varios años cotizando y que hemos acumulado un fondo que no estará sujeto a ningún cobro. Debido a la reducción escalonada de precio del componente por remuneración en la comisión mixta, mientras más se acerque uno a la edad de jubilación, mayor probabilidad hay de que el cambio a la comisión mixta sea más beneficioso que quedarse en la comisión por remuneración.
Cada uno de nosotros tendrá que decidir. A mí, según mis cálculos, me conviene más cambiarme al sistema de comisión mixta. Es una decisión que tomo hoy y que tendrá un impacto en la pensión que reciba dentro de 25 años.