“En el caso de agua y desagüe en América Latina, el avance de la participación privada es limitado. Se repite en los países porque hay un temor político de entrar en este sector que parece ser muy sensible ya que es pagado todos los ciudadanos”, dijo Gonzalo Prialé, presidente de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura (AFIN).
Lima y Callao, donde Sedapal es responsable de proveer estos servicios, no escapa a esta tendencia. “En el sector de agua potable, en el caso de Sedapal, las tarifas se han duplicado en los últimos 20 años. Como siempre se repite, el agua que pagan los más pobres, cuesta ocho o diez veces más que en las zonas urbanas de Lima”, detalló.
Así, Prialé consideró que las persistentes carencias de agua y saneamiento en la capital evidencian una falta en la capacidad de gestión. Esto en comparación de sectores como electricidad, donde la cobertura se ha ampliado considerablemente y tarifas se han reducido en 20% durante el mismo periodo, así como telefonía, donde las tarifas se han reducido a la mitad aun si “el servicio no es perfecto”.
Voluntad política
“Uno puede cuantificar el déficit de conexiones de agua y saneamiento a nivel nacional y decir que cuesta los miles de millones que quieran, pero seamos realistas: si no hay voluntad política, jamás se va a invertir ese tipo de cifra”, advirtió Prialé.
Para el caso de Sedapal, que asegura haber alcanzado el 98% de cobertura de agua potable —aunque la Sunass indica 90% hasta el 2011—, aún persisten problemas como la renovación de redes y un mejor tratamiento de aguas residuales, que solo llega al 16% de cobertura. La brecha de infraestructura de este sector, para Prialé, también es prueba de que el Estado ha fracasado en su gestión.
“Ha habido una gran pérdida por no facturación y porque las redes son tan antiguas que el agua se pierde en el camino. Es posible que sea necesario encontrar fórmulas para reforzar la participación del sector privado en este rubro”, apuntó.
El economista sugirió optar por los contratos de gerencia: se contrata a un operador para que se haga cargo de lo que corresponde al servicio, o algunas de sus fases, para una mayor cobertura y calidad.
AFIN asegura haber llevado estas preocupaciones a instancias gubernamentales. Sin embargo, un obstáculo recurrente es la visión del Ejecutivo sobre la gestión del agua. “Existe esta idea en todos los gobiernos de pensar que el tema del agua es sumamente conflictivo y político, y mejor ni tocarlo”, finalizó.
LOS DATOS
Según la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), hasta el 2011:
- A nivel nacional, la cobertura de agua potable fue de 88.5% y para alcantarillado fue de 80.2%.
- Hasta el año anterior, el nivel de agua no facturada por Sedapal llegó al 34.58%.