Bloomberg.- A un año de comenzar su mandato, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, está finalmente actuando para cumplir una promesa de campaña: revertir 15 años de aumentos impositivos encubiertos a la clase media del país.
La cámara baja del Congreso comenzará el martes a debatir un aumento de los niveles sobre los cuales las personas pagan un mayor impuesto a las ganancias. Muchas de estas categorías impositivas no han subido desde el 2001, periodo en el cual los salarios han aumentado más de 14 veces.
Macri está buscando la cuadratura del círculo: achicar una abultada carga tributaria que ha reducido el poder adquisitivo de los argentinos, y al mismo tiempo bajar el déficit presupuestario primario que se prevé llegue a 4.8% del Producto Bruto Interno (PBI) este año.
El fracaso en fortalecer el gasto del consumidor podría extender la recesión del país, que se ha prolongado por un año; la generosidad excesiva podría hacer que el déficit presupuestario aumente incluso más.
Según Martin Vauthier, economista del Estudio Bein & Asociados, de Buenos Aires, el gobierno encara el dilema de tener que reducir el déficit, pero también necesita bajar los impuestos. Ello, dijo Vauthier, no le deja demasiado margen de acción.
Macri dijo que la reforma del impuesto a las ganancias reducirá la recaudación en 33,000 millones de pesos (US$ 1,900 millones). Algo más generoso sería irresponsable, señaló su ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
La oposición argumenta que existe una alternativa. Un proyecto de ley del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, propone recortes impositivos generales para la clase media, con deducciones adicionales para cónyuges, hijos, pagos hipotecarios y jubilados.
El costo para el tesoro podría compensarse con gravámenes a los juegos de azar e instrumentos de inversión local, como también la reintroducción de aranceles de exportación para la minería, dijo.
Massa afirmó que el costo total de su iniciativa sería de 27,000 millones de pesos, menos que la propuesta de Macri. El organismo tributario argentino considera eso una fantasía, y estima el costo total en 63,000 millones de pesos.
Para el miércoles, los inversionistas deberían saber si los legisladores pueden encontrar un compromiso y los argentinos tendrían una idea acabada del ingreso inesperado que están por recibir.