(Reuters).- El Banco Central Europeo redujo hoy sus tasas de interés a nuevos mínimos históricos y lanzó un nuevo plan para inyectar dinero a la vacilante economía de la zona euro, sorprendiendo a los mercados y dejando la puerta abierta a más intervenciones.
Dentro de una serie de medidas que resaltan la creciente preocupación por la salud del bloque monetario, el BCE redujo su principal tasa de refinanciamiento a un 0.05% desde un 0.15%, y llevó la tasa de depósitos a un día a un nivel más negativo, al situarla en un 0.2%.
El Fondo Monetario Internacional, que ha presionado al BCE para que tome medidas para apoyar a la zona euro, se mostró satisfecho con lo decidido.
La zona euro no creció en el segundo trimestre y la crisis en Ucrania está pesando fuertemente en la confianza de las empresas.
“Se discutió un alivio cuantitativo”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, sobre la posibilidad de, en la práctica, imprimir dinero para comprar activos.
“Algunos miembros del Consejo de Gobierno estaban a favor de hacer más de lo que les he presentado, y otros a favor de hacer menos. Así que la propuesta está en un punto medio”, añadió.
Las nuevas proyecciones económicas del BCE ven un menor crecimiento del bloque del euro para este año, de sólo un 0.9%, que se aceleraría al 1.6% en el 2015.
En tanto, el pronóstico para la inflación -actualmente de sólo un 0.3%- fue recortado a un 0.6% en el año, pero se aceleraría a un 1.1% en el 2015, aún por debajo de la meta del BCE de cerca, pero debajo de un 2.0%.
Draghi dijo que si la inflación amenaza con permanecer muy baja durante demasiado tiempo, el consejo gobernante del BCE ha sido unánime en su compromiso de usar otros “instrumentos no convencionales”, una frase considerada un código para referirse a la impresión de dinero, como lo han hecho la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Inglaterra.
Draghi dejó de usar la expresión “en general equilibrada” para referirse de inflación y en su lugar dijo que “seguirá de cerca” los riesgos para el panorama de evolución de los precios, un cambio que refleja la creciente preocupación del banco por las perspectivas de inflación.
Draghi también anunció un programa de compras de valores respaldados por activos (ABS) y bonos garantizados para ayudar a aliviar las condiciones del crédito en el bloque. Fuentes dijeron a Reuters que eso podría llegar a US$ 650,000 millones en tres años.
“Recibimos con fuerte beneplácito las medidas del BCE, que ayudarán a contrarrestar los peligros que supone un largo período de baja inflación”, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Los valores respaldados por activos son creados por los bancos que agrupan en un título hipotecas, préstamos a empresas, créditos automotores o otras obligaciones que se venden a aseguradoras y fondos de pensiones y ahora al BCE.
Los bonos garantizados son instrumentos parecidos pero los activos en que se apoyan, como departamentos, están protegidos, de manera que si el banco cae siguen estando ahí; eso hace que sean más seguros que los ABS.
“En el margen, (los recortes) podrían tener algún pequeño efecto positivo en los préstamos y actividad bancaria”, dijo Jonathan Loynes, economista europeo jefe de Capital Economics.
“Pero estas medidas no son sustituto de acciones mucho más poderosas de política, que parecen cada vez más necesarias para impedir una renovada recesión”, agregó.
Para inversores y mercados, la única apuesta que hará una gran diferencia es un programa de compras de activos a gran escala, o alivio cuantitativo, al estilo de Estados Unidos, que compre deuda gubernamental con dinero nuevo.
El BCE querrá ver el impacto de una oferta de préstamos a cuatro años para los bancos, anunciada en junio pero que será lanzada sólo más tarde este año, antes de tomar otra medida.
El recorte de tasas de interés hará que la próxima oferta de préstamos resulte más atractiva debido a que ahora los bancos pueden acceder a fondos más baratos.