Moody's baja calificación de Venezuela de CAA1 a CAA3

Moody‘s dijo que su decisión se basó en el creciente riesgo de que Venezuela caiga en un incumplimiento de pagos debido a un deterioro en sus ingresos por la caída del precio del petróleo.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Foto: Reuters)
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Foto: Reuters)

La agencia calificadora de crédito Moody’s bajó las calificación de los bonos soberanos Venezuela de Caa1 a Caa3 pues cree que existe un alto riesgo de que el país incumpla los compromisos del pago de su deuda debido a los bajos precios del petróleo.

La agencia también elevó el panorama de los bonos venezolanos a “estable” desde “negativo”, por la visión de que incluso si los precios del crudo caen más, las pérdidas de los tenedores de bonos serían consistentes con la calificación actual de Caa3.

Los factores clave de la acción de calificación son un incremento sustancial en el riesgo de incumplimiento de pago asociado al deterioro de las cuentas extranjeras debido a una significativa reducción en los precios del
petróleo; y en caso de incumplimiento, Moody’s considera que es factible que la pérdida dado el incumplimiento (LGD por sus siglas en inglés) se ubique por arriba de 50%.

La perspectiva estable refleja la expectativa de Moody’s que aún si los precios del petróleo continuaran bajando, la pérdida esperada para tenedores de bonos es probable que sea consistente con una calificación de Caa3 y es improbable que llegue a niveles asociados con una calificación más baja.

Las calificaciones senior sin garantía y senior garantizadas del soberano también han sido bajadas a Caa3 de Caa1, al igual que las calificaciones del programa de instrumentos de mediano plazo sin garantía y el programa de instrumentos senior sin garantía que fueron bajadas a (P)Caa3 de (P)Caa1.

El techo país para títulos en moneda local también fue bajado a Caa2 de Caa1, el techo país para los bonos en moneda extranjera a Caa3 de Caa1, y el techo para depósitos en moneda extranjera a Ca de Caa2. Los techos para bonos y depósitos de corto plazo en moneda extranjera permanecen en NP.

Estos techos reflejan una serie de riesgos no diversificables a los que se encuentran expuestos los emisores de cualquier jurisdicción, incluyendo riesgos económicos, legales y políticos. Estos techos representan un límite superior para las calificaciones que pueden asignarse a las obligaciones en moneda local y extranjera de entidades domiciliadas en el país.

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Fundamento de las calificaciones
El principal factor de la decisión de Moody’s de bajar la calificación de Venezuela está asociada al fuerte incremento en el riesgo de incumplimiento de pago debido a los menores precios del petróleo.

Una fuerte y abrupta reducción en los precios del petróleo ha venido a ejercer fuerte presión sobre las cuentas externas de Venezuela. El precio promedio de la canasta de crudo Venezolano cayó a 54.03 dólares por barril en diciembre de 2014, de un promedio de 88.42 dólares por barril durante 2014.

Como resultado, Moody’s espera que la cuenta corriente reporte un déficit por primera vez en 15 anos que se estima llegará aproximadamente a 2% del PBI en 2015 en contraste con un superávit que Moody’s estima fue mayor a 2% del PBI en 2014.

El impacto negativo de la fuerte reducción de los precios del petróleo, que Moody’s estima será sostenido, sobre la balanza de pagos es mayor a los posibles beneficios derivados de flujos de inversión a futuro.

Moody’s considera que las cuentas externas son la principal fuente de vulnerabilidad del perfil crediticio soberano de Venezuela. Dada una fuerte dependencia en importaciones, las finanzas externas continúan muy rígidas, disminuyendo la posibilidad de un ajuste de importaciones para prevenir una crisis de balanza de pagos.

Los egresos de balanza de pagos disminuirán tan solo marginalmente en caso de implementarse medidas encaminadas a reducir la demanda de importaciones y las salidas de capital.

Aunque Moody’s cree probable que Venezuela logre pagar el próximo vencimiento de deuda que involucra un Eurobono por € 1,000 millones en marzo de 2015, la probabilidad de que tenga lugar un evento de incumplimiento durante los próximos dos años se ha incrementado aún más desde niveles ya elevados.

El segundo factor es la expectativa de Moody’s de que en caso de un evento de incumplimiento de pagos, los inversionistas enfrentarían pérdidas que muy probablemente excederían 50% en los instrumentos de deuda externa del país.

Moody’s considera que la salida de divisas en la balanza de pagos excederá el monto de las entradas en el mediano plazo, dando lugar a una brecha importante de fondeo en la balanza de pagos lo cual sugeriría una fuerte reducción en la deuda externa.

Moody’s cree que es poco probable que las autoridades implementen medidas contundentes para aliviar las distorsiones y desequilibrios macroeconómicos en el corto plazo.

Incluso en caso de aplicarse, las medidas que se dirigen a (1) mayores controles administrativos para frenar las importaciones, (2) ajustes a los múltiples regímenes de tipo de cambio, o (3) el aumento de los precios del petróleo nacional para reducir el consumo doméstico y marginalmente elevar las exportaciones, no alterarían materialmente la condiciones actuales que incrementan la probabilidad de incumplimiento.

A pesar de que Venezuela pudiera llegar a obtener mayor financiamiento externo de fuentes bilaterales, Moody’s considera que la brecha de fondeo externo no será cubierta en su totalidad. Adicionalmente, en opinión de Moody’s, el total de activos en moneda extranjera que posee el país, incluyendo reservas internacionales que ascienden a cerca de 22,000 millones de dólares, no sería suficiente para cubrir el remanente de financiamiento externo que necesitaría el país.

Mas allá del latente riesgo de que se desencadene una crisis de balanza de pagos, Venezuela se encuentra en medio de una recesión económica y el alto grado de discrecionalidad en el manejo de políticas macroeconómicas refleja las debilidades institucionales del soberano.

Estos retos más que contrarrestan las fortalezas crediticias que incluyen bajos niveles de deuda fiscal y altos niveles de ingresos per capita relativo a otros mercados emergentes y países latinoamericanos.

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Qué cambiaría la calificación
Presiones al alza sobre la calificación podrían surgir si la balanza de pagos mejora a raíz de una recuperación significativa de los precios del petróleo, o bien de un incremento notorio en los flujos de financiamiento externo que asegure la sostenibilidad de las cuentas externas.

Por contraparte, presión adicional a la baja sobre la calificación podría resultar si se debilitan aún más las finanzas externas en caso de que no se recuperen los precios del petróleo, ya que esto daría lugar a un riesgo de mayores pérdidas para los tenedores de bonos.

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