Por lo general no se puede conseguir un empleo sin primero pasar por una entrevista de trabajo, es por eso que los postulantes naturalmente se concentran en conseguir el mayor número de entrevistas que les sea posible. Luego de eso, tienen que gastar un montón de tiempo y neuronas preparándose para dicha entrevista.

Además de preparar su mejor atuendo, deben investigar a su potencial empleador con el fin de estar listos para responder a las posibles preguntas que les harán, y al mismo tiempo, plantear sus propias preguntas para el entrevistador.

Toda esta actividad consume tiempo y energía, es por eso que es tan decepcionante llegar a la entrevista e inmediatamente recibir la típica serie de tontas preguntas que los empleadores han estado haciendo en entrevistas laborales desde hace décadas.

Cuando me consultan: “Liz, ¿qué hay de malo en preguntar ‘de todos los talentosos candidatos, por qué deberíamos contratarlo?’”

Yo suelo responder: una entrevista es una oportunidad de mostrar sus mejores cualidades, ¿verdad? ¿Acaso cada postulante no espera que le pregunten por qué sería la persona más adecuada para el trabajo que los otros candidatos?

He aquí por qué la pregunta “¿Por qué deberíamos contratarlo?” es una de las más terribles. Para empezar, no ayuda a un gerente a tomar una mejor decisión de contratación.

Si desea tomar una buena decisión a la hora de contratar, no debe pedir a un candidato que se alabe a sí mismo. En su lugar, debe preguntarle a cada postulante cómo abordarían la tarea.

Así es como verá cómo razona el postulante al empleo. Eso es lo que un gerente tiene que hacer: ver en acción el proceso de pensamiento del solicitante de trabajo.

La pregunta “¿Por qué deberíamos contratarlo?” es un patético intento de hacer que cada postulante sea diplomático y le diga por qué él o ella se merece el trabajo, sin el beneficio de saber nada acerca de los otros candidatos, y sin saber casi nada sobre el trabajo tampoco. Es por eso que odio esta pregunta y les enseño a los entrevistadores que no la hagan.

Lo mismo puede decirse de “¿Cuál es su mayor debilidad?” y “¿Cuál es su plan de aquí a cinco años?” Todas estas preguntas hacen de la entrevista una conversación acerca de las cualidades personales del solicitante de empleo, pero una entrevista de trabajo no se trata de eso.

Es solo una conversación en la que dos personas deciden si tienen suficientes intereses en común para seguir hablando. Nadie tiene que rogar. Nadie tiene que decir “¡Soy inteligente! ¡Soy un buen trabajador!” y a nadie se le ocurriría pedirle a otra persona que lo haga.

Aún así, muchos empleadores viven en el pasado y no saben cómo entrevistar a las personas con una voz humana. Hacen preguntas sin sentido e insultantes como “Si usted fuera una lata de comida, ¿qué tipo de alimento le gustaría ser?” porque no se les ocurre algo mejor. Estas preguntas de mal gusto todavía se escuchan hoy en día, así que como postulante a un empleo, ¡tiene que estar listo para responderlas!

Aquí unas respuestas sugeridas a las preguntas sin sentido que es probable que escuche en una próxima entrevista de trabajo:

¿Por qué deberíamos contratarte?
¡Muy buena pregunta! ¿Puedo compartir con ustedes lo que entiendo que están buscando y ver si encajo en el perfil? (Sí) ¡Genial! Por lo que entiendo, su compañía está expandiendo su negocio a nivel internacional y necesitan alguien que sea el enlace entre sus oficina de mercados emergentes y las del Medio Oriente. Necesitan alguien… (y así sucesivamente). ¿Olvidé algo?

¿Dónde se ve en cinco años?
Esta es mi visión de los próximos cinco años en este momento: estoy muy interesado en aprender cómo crear sitios web de comercio electrónico, como ya mencioné, y quiero seguir ampliando mis conocimientos de marketing digital, un campo que acabo de comenzar a explorar. Si puedo desarrollar estas metas y al mismo tiempo generar un impacto en el negocio de mi empleador dentro de cinco años, voy a ser muy feliz. ¿Y cuál es su plan?

¿Cuál es su mayor debilidad?
Cuando era más joven solía obsesionarme con mis debilidades. Pensaba que la mejor manera de usar mi tiempo era mejorando en cosas que no hacía bien ni disfrutaba.

Con el tiempo me di cuenta que esa era el camino equivocado para invertir mi tiempo y energía. Ahora me centro en mejorar en cosas que me gusta hacer y en las que ya soy experto, sobre todo la creación, edición y gestión de contenidos.

Si usted fuera una lata de comida, ¿qué tipo sería?
¡Algo sano y sabroso! ¿Y usted?