Antes de contratar a nuevo personal para su start-up, busque rodearse de profesionales con capacidad de asumir retos en aquellas áreas en las que usted no es necesariamente un especialista. Analice sus fortalezas y debilidades para luego juntarse con personas que puedan complementar efectivamente el trabajo.
El mejor antídoto para no ‘asesinar’ la creatividad radica también en contar con colaboradores flexibles (listos para adaptarse a nuevos retos y analizarlos desde otros puntos de vista), humildes (decididos a aceptar que quizá la idea de su compañero es mejor), curiosos (siempre en busca de nuevas ideas) y estratégicos (capaces de calcular el impacto de cada decisión en el resultado final).
Para el portal Expansión, la velocidad, la agilidad, los nuevos ritmos de trabajo, la flexibilidad, y una organización horizontal y colaborativa –características propias de la mentalidad start up– son incompatibles con los empleados apáticos, una especie de zombies de oficina.
Siempre busque a aquellas personas capaces de aportar ideas distintas, perspectivas diferentes en torno a una problemática o proyecto. Si solo se preocupa por roderarse colaboradores aduladores, entonces su start-up tiene todos los componentes para fracasar.
Recuerde que los buenos resultados y la creatividad se logran gracias a la divergencia, que nutre el debate para -en consecuencia- propiciar la generación de retos interesantes o de soluciones innovadoras.
Convierta a su equipo -según sugiere el referido medio- en una incubadora de innovaciones antes de que siga un modelo de negocio estático. Como emprendedor y fundador de empresas le corresponde lograr que cada persona pueda integrarse dentro de la compañía.
Debe buscar originalidad –respuestas diferentes–, pero también capacidad para que esas ideas puedan aterrizar en su start up.