Pautas para sortear la situación tras la renuncia del líder de la empresa

La salida de un ejecutivo puede estar acompañada por la de personas cercanas a él. De ser así, la primera prioridad de la organización será reponer a ese elemento faltante e incorporar otros talentos claves.

Un gerente general de una organización puede marcharse a causa del desacuerdo con las políticas de los accionistas, para hacerse cargo de otra compañía o para emprender un proyecto personal. De cualquier modo, la renuncia de quien cumple un rol elemental en materia de cohesión e integración de los equipos propicia que los colaboradores pierdan la brújula.

En ese sentido, es natural observar la ‘inmovilidad’ del equipo ante la ausencia del guía, lo que provoca también un cambio de prioridades e incluso en la visión de la empresa, según lo señala un artículo del diario La Tercera.

Lo común es que la salida del gerente general traiga consigo la renuncia de personas cercanas a él. De esa manera, resulta indispensable nombrar a un nuevo líder pero también retener a otros talentos claves para la organización.

En general, el nuevo líder surge dentro del equipo del gerente anterior o mediante una contratación externa. Lo primordial en la situación planteada es reponer a ese elemento fundamental de la compañía, reorganizar al equipo y, sobre todo, no permitir que la motivación se vea afectada.

La clave está en conseguir que los colaboradores sigan trabajando de la forma en que lo venían haciendo hasta la llegada del reemplazante. De hecho, durante la espera, un profesional altamente competente podría asumir una posición de liderazgo para orientar al equipo en su conjunto. De no ser así, la empresa deberá apresurarse en encontrar al ejecutivo indicado.

Es fundamental que el nuevo gerente tenga la capacidad de guiar a los colaboradores en una sola dirección, que esté orientada a alcanzar los objetivos planteados. Es importante también que sepa comunicar su visión y expectativas generando confianza, integrando y escuchando.

Un cambio puede venir de la mano con una serie de ventajas. La salida de un ejecutivo puede contribuir a que los miembros del equipo salgan de su zona de confort mediante un ejercicio de reflexión acerca de cómo se han estado haciendo ciertas cosas. En efecto, esto puede ayudar a incorporar nuevos enfoques y concretar ideas innovadoras.

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