César Antúnez de Mayolo
Profesor de Diplomado de la Universidad del Pacífico
Usted no tiene mucho tiempo trabajando en la empresa, y si bien hay gente que lo trata amablemente, ve que algunos otros no, y que incluso llegan a perjudicar su trabajo.
Va viendo que no son pocos los colaboradores que se han sumado a la causa de esos empleados, los que forman un “grupo” con intereses en común, y si bien usted quisiera llevar “la fiesta en paz” y que su trabajo no se perjudique , no siente la necesidad de congraciarse con colaboradores de ese grupo ni buscar su amistad.
Y si lo piensa bien, tampoco es que sea tan fácil “penetrar” en esos grupos. Hay entre ellos una mal entendida “solidaridad”, “lealtad” o “espíritu de cuerpo”. No se admite a cualquiera como nuevo integrante y se evita a toda costa que salgan a la luz problemas que siempre se dan en las organizaciones.
¿Qué alternativas le quedan si no desea integrarse al grupo? ¿Tendrá que perder su identidad y fingir? ¿Cómo combatir las argollas en su empresa, las que usted pensaba que se daban solamente en entidades estatales o altamente burocráticas?
Apoyo mutuo versus exclusión social
Entre los miembros de las argollas se dan esfuerzos puntuales para ayudarse y protegerse unos a otros. Sin embargo, el lado negativo está en el “ostracismo”, que consiste en el aislamiento al que se somete a externos, generalmente por no resultar gratos para el grupo, lo que produce conductas que evitan involucrarlos socialmente -especialmente si estos son nuevos en la empresa.
Esto se evidencia cuando se evita escuchar o reconocer méritos de los otros, o cuando se les excluye de reuniones de trabajo o actividades sociales. Los almuerzos son escenarios clave para este tipo de conducta. Los miembros de la argolla se sientan separados, no comparten e ignoran a los demás.
¿Quiénes suelen integrar las argollas?
Las argollas son más atractivas para individuos con autoestima baja, quienes tienen la necesidad de “protegerse” ante terceros, buscando lograr un balance de poder. Puede tratarse o no de personal de las mismas áreas, pero casi siempre tienen como uno de sus miembros a alguien de jerarquía más alta.
Cuando la subjetividad lleva a la arbitrariedad
Las argollas en las empresas llevan a la subjetividad, sobre todo de parte de quienes tienen más nivel jerárquico dentro de la argolla.
Una organización que vive en la subjetividad tendrá sus puertas abiertas hacia el favoritismo. En este caso, hacia los empleados que estén dentro de la argolla, que sin esfuerzo se verán favorecidos sobre otros.
En corto
Lo sentimos, esto es exclusivo
Factor común. Algunos ejemplos de argolla son los grupos exclusivos de egresados de un programa de MBA, miembros de alguna logia y
trabajadores más antiguos.
Según la encuesta de Workplace Bullying Institute del 2014, el 27% de empleados de EE.UU. experimentó conductas abusivas en el trabajo. Cuando este abuso es grupal, se forman las argollas.
Al reducir la comunicación entre las personas de la argolla con las de fuera, el trabajo se hace poco proactivo.