“La educación se ha convertido en el leitmotiv del trabajo de las empresas”

Cuando Juan Incháustegui concluyó la carrera de ingeniería mecánica eléctrica no pensó que el destino lo llevaría a ser ministro y aún más educador. Formó parte de uno de los grupos más fuertes del país, y hoy se retira a jugar un nuevo papel en la política.

Gestion.pe

Julio Lira
julio.lira@diariogestion.com.pe

Vanessa Ochoa Fattorini
vochoa@diariogestion.com.pe

Entrevista: Juan Incháustegui Vargas, director del Grupo Hochschild

Son 29 años de su vida los que Juan Incháustegui ha dedicado al Grupo Hochschild. En esas casi tres décadas ocupó diferentes cargos dentro de las empresas que conforman el holding. Hoy le dice adiós a esa parte de su vida pero empieza un nuevo camino donde retoma sus raíces: la política, además de compaginarla con proyectos personales.

Pero así pasen los años, este arequipeño de nacimiento pero nacionalizado cusqueño, como el mismo se define, no podrá dejar atrás las experiencias que le dejó su paso por el grupo empresarial y las satisfacciones que tuvo, en particular en el campo de la educación, que para él es vital en el desarrollo del país. Justamente su ingreso al desarrollo de esta faceta va ligado a una fecha que siempre recordará, el 29 de julio de 1985.

¿Cómo nace la amistad con Luis Hochschild?
Mi relación partió en 1985 pero me tengo que remontar a 1984, cuando era ministro de Energía y Minas en el segundo gobierno de Fernando Belaunde; revisaba los estados financieros de Hierro Perú y encontré una donación de US$ 100,000 a Tecsup, llamé al gerente general de la estatal y le dije que no procedía, era dinero de los peruanos y se revocó la decisión. A los días, el presidente Belaunde me dice que Luis Hoschschild quería hablar conmigo, pensé que me iba a reclamar; y claro, lo recibí pero nuestra conversación fue sobre las minas y, sobre todo, mucho de educación.

¿Nunca le reclamó?
No. Termina el Gobierno y ese 29 de julio de 1985 me llamó y con gran humildad, me pidió que lo ayudara y que dirigiera Tecsup, para mí fue tal la sorpresa que ni le pregunté cuánto me iban a pagar (risas).

Incháustegui reconoce que por ese entonces la situación no se pintaba fácil para él. “Era el ministro apestado, me había peleado con Alan García y tenía una acusación constitucional, era enemigo del Gobierno entrante; era un personaje difícil de colocar”.

Hoy, como anécdota, recuerda que tres años después de esa llamada, cuando la amistad crecía, recordaron aquel incidente. “Me dijo que recordaba que le corté la donación, pero que entendía mi posición, ese era Hochschild”, rememora.

De la mano de Hochschild
Su ingreso al grupo lo metió de lleno en la educación, desarrollando tres institutos y creando luego la UTEC, hasta llegar a ser presidente de la institución educativa.

Pero su relación no quedó ahí, en los años 90 ingresa como director en Cementos Pacasmayo, y hoy es el más antiguo en toda la compañía. Pero su labor se ha desarrollado además del área minera en la energética de la compañía, y la satisfacción que se lleva es haber acompañado a Luis Hoschschild en las decisiones importantes de la empresa (como la compra de cementera La Rioja) y en el caso de Tecsup él mismo tocó las puertas de muchos empresarios amigos para poder colocar a sus flamantes técnicos.

De cinco camiones viejos a millones de dólares

¿En ese paso por la actividad empresarial puede recordar a más de uno que dejó huella?
Hubieron relaciones crecientes y fructíferas, y tal vez olvide algunos, pero tengo presente un anécdota. Cuando comenzamos Southern no sabía lo que era Tecsup, pero a través del MEM hice amistad con Charles Preble, en ese entonces su CEO, y nos donó 5 camiones viejos; lo llamé y le dije que no se pasara, cómo nos iba a dar eso (teníamos amistad), le dije que los venda y nos done la plata…

Lo convenció…
Bueno, ese inicio dio lugar años más tarde a una donación de medio millón de dólares para el terreno de Tecsup Arequipa, y están también en UTEC con contribuciones de más de un millón. Es una demostración de que la educación hay que demostrarla y se recibirán técnicos de primera calidad.

Bajo su conocimiento del empresariado puede decirnos cómo ve que se ha transformado su mentalidad?
Especialmente en minería se ha desarrollado la responsabilidad social, todas las empresas están en programas de educación, obras por impuestos, etc. Son grandes hitos y algunos mineros hablan de valor compartido, que es valor para las comunidades, el empresariado y el país y es lo que hacen varias empresas.

¿Y cómo ve los siguientes años para la minería?
Sin duda complicado porque hay gobiernos regionales sin vocación prominera, pero soy optimista y creo que se van a realizar avances con un beneficio de valor compartido; y lo otro es que la educación se ha convertido en el leitmotiv del trabajo de las empresas, con capacitaciones a los maestros, creación de escuelas a lo largo y ancho del país.

Hay un vivo interés de hacer que la generación de valor vaya en buena parte con la educación y es un componente que falta en la política.

Ministro casi a la fuerza

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Sin duda Incháustegui tiene autoridad suficiente para poder hablar de política. Si bien su pasión fue su carrera, antes de ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería, al terminar el colegio, con su compañero y amigo de toda la vida, Valentín Paniagua fundó Democracia Cristiana, donde permaneció hasta la llegada del Gobierno militar.

“No hacía política directamente pero seguía siendo amigo con Valentín y a raíz del segundo Gobierno de Belaunde y sin ser miembro de Acción Popular me convoca para que sea ministro de Energía y Minas, yo hasta ese momento me había desempeñado como gerente general de ElectroPerú, previa actividad en la empresa privada”, recuerda y dice que al recibir la propuesta no supo si aceptar ya que alegó no conocer del sector minero.

Sin embargo, el presidente Belaunde lo convenció bajo el argumento de que nadie conoce todo y que en el camino se aprende. Así, vivió una de las épocas duras del terrorismo cuando en una ocasión los grupos armados volaron 70 torres, pero la premisa era no quedar a oscuras, contra eso combatían.

“Hoy recuerdo que Fernando Belaunde me decía que yo era el ministro que más veces quería renunciar pero siempre me quedaba”, dice.

Dos décadas más tarde, esta vez al lado de su amigo Paniagua retornó a la política en el Gobierno de Transición donde tuvo que reacomodar muchas cosas para dar camino a la institucionalidad.

Y en “un acto de quijotada”, en 1984, se afilió a Acción Popular, donde aún milita y que hoy se convierte en cómplice de su renacer político.

Pasó por la empresa pública y la privada. Con esa trayectoria ¿qué conclusiones puede sacar?
Que la empresa pública es sumamente difícil de manejar, no tiene uno la capacidad de aplicar las decisiones de manera concentrada porque hay resistencia, cuando no, la intromisión política. Por eso yo sostengo el principio de subsidiariedad famoso, debe haber lo menos posible de empresas estatales, tanto Estado como sea necesario pero tan poco como sea posible.

¿El concepto de empresa estratégica en el sector energía es válido aún?
Creo que ya no, me parece que eso tuvo validez en el tiempo que hubo bloques pero hoy el mercado está globalización; sin embargo, hay intereses que pueden generar dominio de mercado y puede ser válido bajo ese esquema lo mínimo posible alguna empresa como factor de regulación. Pero empresa estratégica en el concepto antiguo ya está pasado de moda.

“Sigue apostando por Gastón como candidato”

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Sus funciones empresariales llegan a su fin, pero su vida política está en punto de partida y lo iniciaría junto a su partido desde hace 30 años, Acción Popular, donde trabajará desarrollando el plan de gobierno para la campaña presidencial del 2016.

Y aquí viene su apuesta, ya que Juan Incháustegui apuesta por un candidato que no es otro que el chef y empresario Gastón Acurio. “Yo apuesto por él y si no es él se hará una elección primaria, porque hay cuatro o cinco candidatos del partido”, sostiene el exfuncionario.

Entre ellos, aunque no lo quizo confirmar, suena el nombre de Raúl Diez Canseco y Alfredo Barnechea.“Tenemos esas opciones y voy a trabajar como lo hice con Valentín Panigua en su momento”, aseveró.

Pero la política no será el eje de su vida y uno de los planes es retomar sus negocios. Uno de ellos está en Arequipa, su tierra natal, y es el camposanto El Jardín de Arequipa, negocio al que entró no por su gusto, sino por “una carambola” de su amigo Felipe “Pipo” Thorndike, otro de sus grandes amigos. “Qué más puede pedir un arequipeño que ser enterrado y mirar El Misti”, dice Incháustegui.

La educación, una de las grandes pasiones de su vida, también la deja, ya que Tecsup queda comandada por otro equipo, sin embargo, no descarta que se pueda dar en un momento una opción en alguna institución, aunque entre sus planes no está contemplado.

Hoja de vida
Profesión: Ingeniero mecánico-eléctrico de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Lugar de nacimiento: Arequipa.

Precisiones
Aporte. Tecsup genera US$ 30 millones al año y de ellos US$ 10 millones son excedentes que no representan beneficio, sino que van directamente a la UTEC.
Estudiantes. Actualmente, Tecsup tiene de 30 mil estudiantes en sus tres campus.
Escuela. Cementos Pacasmayo representó una escuela de preparación para los estudiantes de los institutos.
Logros. Uno de sus logros durante su etapa como ministro de Energía y Minas fue la culminación de la última etapa de la hidroeléctrica Machu Picchu, además de la obra del Mantaro y la construcción de varias líneas de transmisión en el país

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