La sede de General Motors (GM) se eleva sobre los otros rascacielos en el centro de la ciudad de Detroit, un recordatorio de que el fabricante de automóviles todavía reina en el mercado estadounidense.
Sin embargo, el poderío de GM en EE.UU. contrasta cada vez más con su posición en otras partes del mundo. Si bien la mayoría de los otros fabricantes de automóviles consideran que expandirse por todas partes es la respuesta a los múltiples desafíos de la industria, GM está en retirada.
Durante mucho tiempo GM compitió con los mayores fabricantes de automóviles del mundo por la corona mundial. Junto con Volkswagen, Toyota y Renault-Nissan, fabricó alrededor de 10 millones de autos el año pasado. Los inversores no se han dejado impresionar. Aunque GM tuvo ganancias récord en el 2015 y 2016 y se ha desempeñado con solidez este año, el precio de su acción apenas se ha movido desde su salida a bolsa del 2010, luego que la crisis financiera lo forzara a caer en bancarrota.
Tal es la frustración de que Greenlight Capital, un fondo de cobertura con una participación de 3.6% en GM, propuso dividir sus acciones en dos clases: una manteniendo el dividendo actual y la otra beneficiándose de recompras de acciones y aumentos de dividendos. El plan fue rotundamente derrotado en la reunión anual de accionistas de la firma el 6 de junio, en una victoria para Mary Barra, la CEO desde el 2014.
GM cree que devolver la membresía del “club de 10 millones” es una mejor solución. Los recortes de personal comenzaron en el 2015 cuando dejó dos mercados emergentes, Rusia e Indonesia, y redujo sus operaciones en Tailandia. La decisión más audaz llegó en marzo, con la noticia de que se retiraría de Europa vendiendo Opel a PSA Group de Francia. En mayo GM también dijo que dejaría de vender vehículos en la India y dejaría Sudáfrica.
Llevar a GM de vuelta a fabricar 8.5 millones de autos al año indica que los beneficios son su prioridad. Jefferies, un banco de inversión, calcula que los ingresos en el 2017 caerán un décimo, pero que los beneficios antes de intereses e impuestos aumentarán un 2-3%.
Dan Ammann, presidente de GM, dice que su empresa ya no puede esforzarse por ser “todas las cosas para todas las personas en todos los lugares”. Debe concentrarse en áreas donde sea fuerte, podría ser fuerte o donde haya generosas ganancias que cosechar, dice. Tanto América del Norte como China cumplen sus requisitos. GM puede estar perdiendo dinero en América Latina en este momento, pero tiene una gran participación de mercado sobre la cual construir.
Escoger cuidadosamente los mercados debería dar a GM una mejor oportunidad de nutrir los negocios existentes, mientras se prepara para un futuro de vehículos autónomos y viajes compartidos. Esta turbulencia está todavía en sus etapas iniciales: de los 3 billones de millas- vehículos conducidas en Estados Unidos el año pasado, sólo 5,000 millones, o el 0.15% del total, se llevaron a cabo en servicios a pedido como Uber y Lyft. Pero los inversionistas están pensando muy a futuro, en una era en que gigantes tecnológicos como Apple y Google cambien la naturaleza del transporte personal. Ellos temen que GM se quede atrás.
La dificultad de la empresa radica en convencerlos de que está gastando lo suficiente para permanecer en esta contienda, pero no demasiado en negocios que, en la actualidad, no traen ningún retorno. (Un enigma similar llevó a la salida del presidente ejecutivo de Ford, Mark Fields, el mes pasado).
GM ha subrayado con sensatez sus futuras capacidades tecnológicas y ha minimizado el costo de desarrollarlas. Gastar US$ 500 millones en una participación en Lyft, como lo hizo recientemente, y la misma cantidad para comprar Cruise Automation, una startup de autoconducción, además de otros US$ 600 millones en otros costos relacionados a vehículos autónomos, es una suma relativamente pequeña en comparación con un gasto anual de capital y un presupuesto de investigación y desarrollo de US$ 16,000 millones.
Sin embargo, sus acciones languidecen. Los problemas tradicionales no ayudan. La fabricación de automóviles es cíclica: el mercado estadounidense está en un pico y el crecimiento descomunal de China puede disminuir. Se espera que GM haga pronto un gran anuncio sobre sus planes para cosechar recompensas del futuro de la movilidad. Pero si llega justo cuando el ciclo parece estar bajando, la noticia puede no dar a las acciones de la empresa el ajuste que merecen.