Bloomberg.- Para los jóvenes del Reino Unido, reunir dinero en efectivo para una casa puede ser similar a empujar una roca colina arriba. Y justo cuando piensan que han llegado a la cima, aparece otra subida empinada.
El precio promedio de una casa en el Reino Unido subió 7% a 220,000 libras (US$ 274,000) en el año transcurrido hasta diciembre (el promedio de Londres es más del doble de esa cifra). Esto significa que la casa de sus sueños se volvió 1,250 libras más cara por cada mes que alguien ahorró para un depósito.
Mientras tanto, las bajas tasas de interés han elevado los precios y al mismo tiempo han reducido los retornos que los ahorradores obtienen por su dinero en efectivo para ese depósito. Los millennials pueden ser perdonados por sentir que les han tendido una trampa.
Por otro lado, los inversionistas en las constructoras del Reino Unido están obteniendo un prolijo retorno de sus acciones, especialmente cuando se compara con las tasas bancarias prácticamente invisibles.
El martes, Taylor Wimpey Plc se convirtió en la última empresa en ofrecer a sus accionistas algunos pagos bastante sabrosos. Los dividendos ascendieron a 356 millones de libras en el 2016 (un rendimiento de 6% sobre la base de los precios actuales) y se espera que aumenten a 450 millones de libras en el 2017 (lo que implica un rendimiento de casi 8%).
El lunes, su rival Persimmon Plc elevó los retornos de capital gracias a un balance de 913 millones de libras en efectivo neto.
Si bien las acciones de las constructoras del Reino Unido representan gran parte del terreno perdido después de la votación a favor del Brexit, todavía registran un rendimiento cercano a 6%, según las estimaciones de dividendos por acción de Bloomberg para este año fiscal.
Esto es muestra de confianza de las constructoras, hay razones para pensar que estarán bien. Aunque el extremo superior del mercado de Londres se ha ralentizado y los precios han caído, en otros lugares una escasez de oferta, las hipotecas de bajo costo y el subsidio para la vivienda del gobierno (llamado “Help To Buy”) mantienen activo el mercado.
El programa Help to Buy jugó un importante papel en casi el 40% de las ventas de viviendas de Taylor Wimpey en el 2016, mientras que en Persimmon la cifra fue solo de casi 20%.
Los críticos de la política se quejan de que su mayor logro es inflar los precios cada vez más, lo que beneficia a los vendedores más que a los compradores en dificultades.
Por lo tanto, otra razón más para envidiar a las constructoras. Una conclusión podría ser que los frustrados jóvenes en busca de una casa compren algunas acciones en Taylor Wimpey y que otros intenten reforzar ese depósito. Pero tampoco es especialmente sensato apostar su futura casa en el mercado de valores.
Aun así, si quiere entender el resentimiento de los millennials por haber sido excluidos de la clase de personas que poseen activos, este es un buen ejemplo.