Estamos en un momento en el que un desastre natural tan severo como el que hemos enfrentado, con su trágica secuela de familias damnificadas, economía y negocios detenidos o desacelerados e infraestructura seriamente dañada, nos deja, sin embargo, una oportunidad no sólo de reconstruir lo destruido sino generar realmente una plataforma de desarrollo para las zonas damnificadas que luego sirva también de modelo para el impulso al desarrollo del país. Este debería ser y esperamos que así sea el sentido real de la denominación del Plan Integral de la Reconstrucción con Cambios (PIRCC), no sólo cambios vinculados a mejorar lo dañado o destruido sino al enfoque mismo de la reconstrucción.