El número de plataformas petroleras alcanzó un mínimo de 14 años en octubre, conforme las compañías de perforación, incluida Schlumberger, redujeron su exposición en el país debido a facturas impagas.
El Brent para entrega en noviembre, que expira el viernes, subía 0.2%, o US$0,14, a US$57,55 por barril en la bolsa ICE Futures Europe, con sede en Londres, tras retroceder 0.9% el jueves.
Sin embargo, hay un creciente consenso respecto a que el mercado parece estar más fuerte que hace un año. En la APPEC, el estado de ánimo en las fiestas nocturnas sin duda fue más optimista que en 2016.
En EE.UU. y la UE, los autos eléctricos alcanzarán la paridad de precio con los vehículos convencionales, en función de la compra y los costos de mantenimiento y circulación, alrededor de mediados de la década de 2020, según BNEF.
Aunque Harvey se retiró al Golfo de México el lunes, se proyecta que recupere fuerza antes de volver a la frontera entre Texas y Louisiana, informó el Centro Nacional de Huracanes.
La marcha ascendente se prolongó durante los primeros siete meses de 2017. Las ventas promediaron 131,000 barriles por días en ese período, pero en los últimos cuatro meses, el promedio diario superó los 200,000 barriles.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios planean acabar con sus reducciones a la producción la próxima primavera boreal, nueve meses más tarde de lo previsto originalmente.
Los precios del petróleo han perdido 12% en Londres este año, y se han cotizado cerca de US$50 el barril, ya que las restricciones de producción de la OPEP, Rusia y otros socios no han logrado agotar el superávit mundial.
El mercado se decepcionó cuando China informó que la demanda de julio fue menor al del mes previo y teme que eso se extienda al resto del mercado, dijo Andy Lipow de Lipow Oil Associates.
Venezuela, el país que tiene las mayores reservas mundiales de crudo, envía menos a Citgo porque dirige más de su menguante producción a China e India para reembolsar préstamos.
El descuento sobre el crudo inmediato se convertiría en una prima. Esa condición, conocida como “backwardation”, señala que la demanda está superando la oferta.
La referencia para más de la mitad del petróleo del mundo podría cerrar 2017 entre US$ 45 y US$ 47 por barril, tras lo cual el mercado podría ponerse muy “complicado”, dijo Richard Gorry, director ejecutivo de JBC Asia.
Es probable que la demanda de petróleo alcance su punto más alto en las décadas de 2030 o 2040, agregó, mientras que “el gas no alcanzará su máximo antes de la década de 2040 o hasta en la de 2050”.
Aunque la decisión fue parcialmente revertida después de las críticas internacionales, la disposición de las empresas conjuntas petroleras se mantuvo inalterada.
Los ejecutivos reunidos en el Congreso Mundial de Petróleo dijeron que siguen concentrándose en la reparación de las castigadas finanzas y en la reformulación de sus operaciones a los efectos de resistir los bajos precios.
Citgo Petroleum, la refinería estadounidense controlada por la empresa petrolera estatal venezolana Petroleos de Venezuela, ocupa la mayor proporción de esas importaciones, seguida por Valero, Chevron y Phillips 66.
Los bancos dijeron de forma casi unánime que ello obedecía a la creciente producción de shale de los Estados Unidos y a los temores respecto de la estrategia de salida de las reducciones por parte de la OPEP.
La tenencia de acciones en Estados Unidos viene cayendo de manera general desde la crisis financiera global, excepto entre los hogares más ricos y viejos del país.
En la semana cerrada el viernes 21, los inventarios de crudo bajaron 3.6 millones de barriles a 528.7 millones, cuando analistas estimaron en la agencia Bloomberg que la merma sería de solo 1.75 millones.
El estímulo en China “fue sustancial y esto se prolongará, lleva un tiempo”, afirmó Jeffrey Currie, jefe de investigación de productos básicos del banco de inversión Goldman Sachs.
Los pronósticos de una sobreoferta en el mercado para el próximo año fueron lo que propició el acuerdo de la OPEP en Argel la semana pasada para limitar la producción de 33 millones de barriles diarios a 32.5 millones