EDUCACIÓN. En los últimos años, un punto central en la agenda de todos los gobiernos ha sido la mejora de la enseñanza. La última encuesta de Pulso Perú revela que a pesar del esfuerzo desplegado, en términos generales, aumentó el porcentaje de la población que cree que la educación no ha mejorado, pasando de 52% el año pasado a 61% este año. Sin embargo, existen algunas diferencias de percepción en torno a la calidad dependiendo de que se hable de la enseñanza pública o privada.
Así, el 62% de los encuestados declara tener a sus hijos en un colegio público y de ellos el 64% se siente satisfecho con dicha educación. Esta cifra era de 56% en el 2014 y poco a poco ha ido creciendo. Estos resultados muestran que, aunque lentamente, la gente percibe una mejora en los colegios del Estado (no en vano el 23% del sector A/B hace uso de la educación pública), y si bien puede tratarse de casos puntuales, es una buena señal que el Gobierno no debe descuidar.
Aún falta mucho por hacer, pues el 59% de los encuestados considera que la preparación académica que reciben sus hijos es inadecuada para llegar a la universidad. Esta sensación llega hasta 68% en Lima. Es decir, la preparación del colegio no basta para que un alumno pueda llegar a la universidad, dándole cabida a la variopinta oferta preuniversitaria. Es verdad que no todos los escolares deben optar por la vida universitaria al acabar el colegio, pero deben estar capacitados para seguir los estudios superiores que elijan.
Y si bien los mayores esfuerzos del Gobierno deben estar en la educación pública, tampoco puede descuidar la evolución de la educación privada, pues en este campo la satisfacción de los padres de familia se ha reducido de 88% el año pasado a 76% este año, a pesar de que el uso de este tipo de colegios va en aumento. El problema es que en el sector privado las diferencias en la prestación del servicio resultan más extremas, pues se encuentran colegios de muy buen nivel con otros que no cuentan ni con las instalaciones ni con el personal adecuado para prestar el servicio. Los retos para mejorar la calidad aún son grandes.